Hace tres años sucedió en la ciudad el primero de los Blue Mondays, un evento pensado por el artista sonoro Erick Diego para celebrar “el día más triste del año” (el tercer lunes de enero, según la pseudociencia publicitaria de principios de este siglo) y que pronto se volvió una serie frecuente de eventos, siempre en lunes, que este mes cumple cuatro años.
Como parte de esos lunes tristes, se presentó un buen número de artistas, bandas, DJ’s y selectores de músicas creativas, de improvisación y de ruido, nacionales e internacionales.
Pero hasta lo más triste tiene que terminar. Los Blue Mondays bajan la cortina, no sin antes dejar un recuerdo que cale hondo en la memoria volátil de la vida nocturna en la CDMX. Para ello, Erick ha elegido a L.A. Vampires, un acto que conjuga una presencia escénica sui géneris y evocaciones sonoras brumosas capaces de alterar nuestra estabilidad, haciéndonos dudar por un momento sobre si realmente estamos despiertos.
L.A. Vampires, proyecto con el que Amanda Brown se ha movido más allá de los drones oscuros y la psicodelia gótica de su antigua banda, Pocahaunted, hacia un sonido más “pop”, si se quiere, pero igual de brumoso y lisérgico.
En este proyecto han colaborado verdaderos héroes de la música norteamericana, como el genio de la síntesis M. Geddes Gengras, María Minerva, Zola Jesus y Nicholas Malkin —quien graba con Cameron Stallones, de Sun Araw y Vibes, y quien la acompañará en su presentación de la Ciudad de México el próximo lunes—. La cita es en Pasagüero (Motolinía 33, col. Centro) a partir de las 21 horas, y el cóver es de 100 pesos.
Brown es también fundadora de los sellos Not Not Fun y del inverosímil label de música “para bailar” 100% Silk.
En el evento, se presentará también Carlos Amorales, reconocido personaje dentro del arte contemporáneo mexicano y quien, dentro de su trabajo como artista, ha encontrado ocasión para vincularse con la música en repetidas ocasiones —recordemos que fue fundador del sello Nuevos Ricos—. Veremos a Amorales junto a Enrique Arriaga, también artista. Ambos tienen un buen rato explorando el mundo de la síntesis y el ruido electrónicos; Carlos con su proyecto Cyclops —en el que también participa Arriaga—, y Enrique con Insectontos.
Por Rafa Villegas