Crédito foto: Cortesía BPitch Control
Lo he dicho y escrito cada que tengo oportunidad: cuando se escucha a Aérea Negrot resulta difícil no caer en su embrujo. Hay en sus canciones lo mismo momentos cabareteros y/o operísticos —auténticos viajes en el tiempo no se sabe bien si décadas atrás o a un futuro habitado por la nostalgia—, que otros hipermodernos, bailables, estimulantes para el vuelo…
Así tenía que ser si en su origen el personaje fue gestado como uno que rendiría homenaje a Toña La Negra, a Olga Guillot y a su origen venezolano, pero también a una infancia observando despegar aviones.
El drama que es capaz de evocar la voz de Aérea Negrot —comparada con las de Klaus Nomi o Grace Jones— ha contribuido lo mismo al carácter de la música de Hercules & Love Affair, que al de sus producciones como solista, publicadas en el catálogo del sello alemán de electrónica BPitch Control.
Si su álbum y sus sencillos son de disfrutable escucha, el impacto se multiplica cuando la experiencia es en vivo. Su fenomenal presencia vocal y escénica se ven potenciadas por los ritmos que le han ayudado a confeccionar hábiles productores de house y techno, como Miguel Toro y Tobias Freund.
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El magnífico gusto de Aérea Negrot para seleccionar sonidos emocionantes y ultrabailables para acompañarle suele también quedar en evidencia cuando escoge quién haga remixes a sus canciones —Wareika, Franco Cinelli, Philip Bader, Kiki, Fata Kiefer…—, así como cuando atestiguamos sus habilidades como DJ. Sus presentaciones le ganan siempre nuevos fans, lo mismo si son en el Sydney Opera House que en el célebre club Berghain, en Berlín, su ciudad adoptiva.
Quien dude de esos poderes, puede experimentarlos esta semana. Aérea Negrot visita de nuevo la CDMX para presentar mañana un set híbrido toda la noche (intercalando sus canciones con un DJ set) en Yu Yu (Versalles 94, col. Juárez), y el viernes, un DJ set en la vigesimoquinta edición de las fiestas Traición (Dr. Vértiz 86, col. Doctores). Dos oportunidades para verla en acción. Sería una tontería desaprovecharlas.