De acuerdo con la empresa Astrobotic, la nave Peregrine se desvió de su trayectoria y redujo su energía solar
La nave espacial Peregrine, que lleva en su interior la Misión Colmena, enfrentó otro problema de orientación y su objetivo de llegar a la Luna peligra, informó la empresa Astrobotic.
Luego de 32 horas de operación, la compañía indicó que el aparato comenzó a alejarse del Sol y redujo su generación de energía; sin embargo, “el equipo pudo actualizar el algoritmo de control y solucionar este problema. Las baterías están completamente cargadas”.
A pesar de que la misión mexicana “continúa perseverando”, consideró que, dada la fuga de propulsor, no existe ninguna posibilidad de un aterrizaje suave en el satélite natural de la Tierra.
“Todavía tenemos suficiente propulsor para seguir utilizando el vehículo como nave espacial. El equipo ha actualizado sus estimaciones y actualmente esperamos quedarnos sin propulsor en unas 40 horas a partir de ahora, una mejora con respecto a la estimación de anoche”, indicaron en un comunicado actualizado este martes.
Astrobotic señaló que a pesar de las fallas, el equipo que controla el Peregrine continúa trabajando para encontrar formas de extender la vida operativa de la nave espacial.
Para ello, explicaron, aplicaron un modo operativo estable, hacen pruebas y comprobaciones de carga útil y naves espaciales. Además, acotaron, aún reciben datos valiosos demostrando operaciones de vuelos espaciales para componentes y software relacionados con la próxima misión de aterrizaje lunar, Griffin.
El pasado 8 de enero, la Misión Colmena de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) despegó de Cabo Cañaveral a bordo de la nave Peregrin, instalada en el cohete Vulcan Centauro.
Con ese proyecto, México incursionó por primera vez en su historia en el desarrollo de tecnología microrobótica de uso en el satélite natural y uso en enjambre, de acuerdo con Gustavo Medina, investigador del Instituto de Ciencias Nucleares (ICN).
En el trabajo participaron aproximadamente 250 jóvenes de la UNAM, del Instituto Politécnico Nacional (IPN), así como de las universidades de Chiapas, Mérida, Quintana Roo y Baja California.
La misión lleva cinco micro robots de menos de 60 gramos y 12 centímetros de diámetro, así como un módulo de despliegue y telecomunicaciones (TTDM), con dos objetivos: estudiar los problemas en el ambiente espacial hostil y caracterizarlos, así como analizar la capa cercana a la superficie de la Luna, (características, parámetros de sus propiedades físicas, conocer cómo afecta las telecomunicaciones, entre otros problemas).