En México hay legisladoras que ocupan curules en la Cámara o son lideresas de alguna comisión, sin embargo, ninguna en la que puedan tomar decisiones relevantes, señalaron académicas
Aunque el avance de la representación política de mujeres en México en esta década es mayor en comparación a los últimos 50 años, todavía es insuficiente, consideraron académicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
“Ha habido constantes esfuerzos para cambiar los patrones culturales que otorgaban a la mujer un papel poco relevante fuera de casa y la confinaban a actividades relacionadas con los cuidados de la niñez y su crianza”, señaló a la Gaceta UNAM, Karla Valverde Viesca, académica de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales.
Destacó que gracias a madres, abuelas y a las promotoras de los derechos económicos, políticos y sociales permitieron, entre otras cosas, una mayor representatividad de ellas. “No obstante, resta mucho y debemos tener muy claro qué nos falta por hacer”.
Para Cristina Gómez Álvarez, del colegio de Historia de la Facultad de Filosofía y Letras, la representación política de las mujeres es un fenómeno que data de la segunda mitad del siglo XX, cuando se logra que ellas tengan derecho a votar y ser votadas.
La UNAM recordó que el derecho al voto fue una de las primeras batallas de las mujeres por conseguir la representación política negada. “El primer lugar en autorizarlo fue Nueva Zelanda en 1893; sin embargo, lograr lo mismo en otros países llevó más tiempo (en México ocurrió en 1953, hace siete décadas) e implicó lidiar con todo tipo de obstáculos que impedían avanzar hacia la igualdad”.
Citó también datos de la ONU Mujeres, quien señala que hasta el 13 de mayo de 2024, hay 28 países donde 28 mujeres se desempeñan como Jefas de Estado y/o de Gobierno, sin embargo, a ese ritmó, advierte, “la igualdad de género en las más altas esferas de decisión no se logrará por otros 130 años”.
En cuanto a la paridad de género en el poder legislativo, acota que sólo seis congresos en el mundo la cumplen: Ruanda (61%), Cuba (53%), Nicaragua (52%), México, Emiratos Árabes y Nueva Zelanda (con el 50%).
Al reconocer que en el ámbito político lograr la igualdad de género aún es largo, Valverde Viesca señaló que: “No se trata sólo de llegar, sino de hacerlo e incidir en la toma de decisiones relevantes”.
La especialista señaló en México hay legisladoras que ocupan curules en la Cámara y que son lideresas de alguna comisión, sin embargo, “no lo son de las que deberían”, ya que en la mayoría de las ocasiones les asignan aquellas relacionadas con niñez, bienestar social o grupos vulnerables, más no de presupuesto, cuenta pública o de puntos constitucionales.
“Si revisamos, no ha habido una participación activa real, sino una representación simbólica. Es decir, ocupamos esos lugares pero no podemos tomar decisiones con trascendencia fundamental”, lamentó.