El pasado 8 de abril, Luiz Inácio Lula da Silva, expresidente de Brasil, ingresó a la cárcel de Curitiba para cumplir una pena de 12 años de prisión por los delitos de corrupción, lavado de dinero y enriquecimiento ilícito
Cuatro meses después, recluido en la prisión de Curitiba, Luiz Inácio Lula da Silva, se ha convertido oficialmente en el candidato elegido por el Partido del Trabajo para las elecciones presidenciales que se celebrarán en octubre. Y es que el partido, al igual que una parte de la población brasileña, considera que el exmandatario está en la cárcel por una persecución política, por lo que están determinados a registrarlo como su candidato oficial al lado del exalcalde de São Paulo Fernando Haddad, quien fungiría como vicepresidente, planeando que Lula haga la campaña desde su celda.
“El Partido del Trabajo, al igual que una parte de la población brasileña, considera que el exmandatario está en la cárcel por una persecución política”
Pero, ¿se puede hacer campaña desde la cárcel? Pues sí, pero no: aunque Lula tiene sus derechos políticos, el hecho de ser candidato no le ayudará para salir de prisión e ir a debates, así como a otros eventos de campaña.
Lo que sí es que el Partido del Trabajo ha manifestado su intención de sacar el máximo jugo posible a la situación legal de Lula, por lo que intentarán que una corte les permita grabar comerciales, videos y audios desde la celda de Lula para mostrarlo como lo que ellos consideran que es: un preso político.
Sin embargo, hasta el momento, das las solicitudes para que Lula grabe videos o conceda entrevistas, por lo que si el PT sigue empeñado en que Da Silva vuelva a la presidencia, tendrá que utilizar imágenes de archivo o declaraciones por escrito hechas por el candidato.
Los comicios están programados para celebrarse en una ronda de dos vueltas el próximo mes de octubre y, con el fin de asegurar la mayor cantidad de votos, el Partido del Trabajo hizo alianza con el Partido Comunista y el Partido Republicano del Orden Social; de esta forma, el plan es que el candidato a la vicepresidencia, Fernando Haddad, recorra el país al lado de la presidenta del Partido del Trabajo, Gleisi Hoffmann, a favor de Lula, aunque en este House Of Cards nada está escrito, pues en caso de que el Tribunal Superior impida la candidatura de Lula, sería el propio Haddad quien asumiría la responsabilidad para conseguir la presidencia de Brasil, en lo que muchos ya interpretan como una manipulación, por lo que todo parece indicar que la verdadera pregunta es: ¿se puede gobernar desde la cárcel?