Para nadie son un secreto los conflictos que vive Medio Oriente. Pero, ¿qué pasa cuando estos conflictos impiden que millones de personas puedan ver el Mundial de futbol?
Ese es el caso de la península de Catar, delimitada por el golfo Pérsico, Arabia Saudita, los Emiratos Árabes, Egipto y Bahrein, convirtiéndose en la manzana de la discordia por más de 150 años. Sin embargo, un nuevo capítulo de tensión comenzó a escribirse el año pasado, cuando el príncipe saudí Mohámed bin Salmán acusó al régimen catarí de patrocinar a grupos terroristas, provocando una crisis diplomática que culminó con el rompimiento de todo tipo de relaciones entre el bloque compuesto por Arabia Saudita, Emiratos Árabes, Egipto y Bahrein con Catar.
Como consecuencia, todas estas naciones iniciaron un boicot contra Catar, impidiendo incluso que los vuelos de aerolíneas cataríes sobrevolaran su territorio. Por la misma razón, también se prohibió la transmisión de todos los canales de la cadena de televisión Al Jazeera, propietaria del canal beIN Sports, que tiene todos los derechos de transmisión de la Copa del Mundo en Medio Oriente.
Así que cuando la selección de Arabia Saudita debutó en Rusia 2018, lo hizo con la incertidumbre de que su actuación no sería vista por millones de connacionales, de no ser porque algún ciudadano que, al darse cuenta de que no se podía transmitir la señal de beIN, se sacó de la manga un dispositivo al que bautizó como BEOUT, que permite a los sauditas acceder a 10 canales de televisión, entre ellos la transmisión íntegra de los partidos del Mundial. Ello ha generado que tanto beIN Sports como la propia FIFA hayan lanzado ya serias demandas y amenazas contra los responsables, y aseguran que funcionarios de alto nivel podrían estar involucrados.
El caso no es menor, pues toca dos grandes temas: por un lado, la piratería, y por el otro, ¡el derecho humano que deberíamos tener todos los habitantes de este planeta a ver el Mundial! ¿Se imaginan no poder ver los partidos de la selección por una decisión política?
Bien dicen que “un hombre puede hacer cualquier cosa por su equipo de futbol”, y en este caso, mientras beIN Sports, Catar y la misma FIFA logran bloquear la transmisión pirata, los seguidores de Arabia Saudita podrán seguir disfrutando de próximos partidos de su selección en Rusia 2018.