Entre los proyectos padres con los que me he topado últimamente, uno de los que más me ha gustado es la publicación de una investigación llamada 16 colonias, 16 delegaciones: una ciudad, coordinado por María Bustamante Harfush, que es la directora de Fundarqmx, una organización civil dedicada a difundir el patrimonio arquitectónico en la ciudad de México. Este estudio, apoyado por el programa de fomento a proyectos culturales de CONACULTA, se puede consultar, en parte, en la página web www.fundarqmx.com.
En fin, se tratar de echar luz a 16 barrios de la ciudad cuyo valor más o menos conocemos o de plano se nos escapa; uno por delegación, pero podrían ser más. La idea es, entre otras, mostrar que estamos rodeados de patrimonio artístico y urbano, que éste no se concentra sólo en Reforma, o el Centro Histórico, en fin, que vivimos en una metrópolis. El estudio nos enseña que no sólo hemos imitado trazas urbanas y estilos arquitectónicos americanos y europeos, sino que también hemos dado al mundo soluciones originales que, sin embargo tienen poca difusión.
Dos ejemplos: la colonia Industrial y Santa Ana Tlacotenco. La Industrial está al norte de la ciudad, en la delegación Gustavo A. Madero. Se fundó en 1925, a raíz de la instalación de la Ford Motor Company. Tiene una traza y muchos monumentos art-decó, pero según Fundarqmx, no se ha identificado otro ejemplo de su tipo por la calidad y cantidad de sus edificaciones. Santa Ana, por su parte, es un pueblo en el límite del Distrito Federal con el estado de Morelos que aún conserva una nomenclatura náhuatl de calles y predios que data del periodo inmediatamente posterior a la conquista.
En la introducción al estudio, Fundarqmx señala que los criterios de selección para las colonias fue:
1) que no fueran barrios originales, porque sobre ellos se ha escrito mucho;
2) que los sitios tuvieran valor patrimonial o histórico,
3) que tuviera una traza urbana interesante,
4) que contara con edificios arquitectónicamente relevantes y,
5) que no hubiera sido estudiada exhaustivamente.
Así, tenemos valiosas monografías, por ejemplo, de la colonia Guerrero en la Cuauhtémoc, de la colonia Marte Militar, en Iztacalco o de Lomas Estrella segunda sección, en Iztapalapa.
La idea, pues, es presentar un frente al urbanismo salvaje, la destrucción indiscriminada y la voracidad inmobiliaria, que ha arrasado con tanto valor; eso, y que nos encontremos con una ciudad que es valiosa en todos lados.
(GUILLERMO OSORNO / @guillermosorno)