Si la pateaste o le dijiste puta o le aventaste un “pinche lesbiana” como insulto; si la ignoraste o la violaste o la minimizaste a base de insultos y puñetazos; si ejerces terror físico o psicológico o simplemente te viene en gana, de vez en vez, aplicar singular indiferencia; si le quitaste a los hijos o envenenaste el cariño de los hijos o hiciste todo para que no tuviera hijos; si la corriste porque se embarazó o no la contrataste porque se embarazó o te reíste porque, al embarazarse, nomás no quería seguir con su carrera; si la vendiste o no la dejaste ir a la escuela o le metiste un balazo en la cabeza… por rebelde; si comió menos que sus hermanos durmió menos que sus hermanos recibió menos atención que sus hermanos; o si simplemente te hiciste wey. Sea como fuera, con haber palomeado una de las anteriores, eres un (o una) agresor de mujeres.
25 de noviembre: día internacional contra la violencia hacia las mujeres.
Las hay que se quedan en casa, con los hijos. Y atienden la familia. Las hay que estudian, mucho, todo, hasta acabarse los sesos y reinventar las pestañas. Las hay que deciden no tener hijos y redibujar la femineidad a partir de otras utopías. Las hay que portan su gordura como lápida o que la gozan como ampliación sensorial. Las hay que son católicas, otras mandaron a la fregada las creencias, y un poco más allá… las hay de todos los colores religiosos. O ninguno. Las hay que creen en la liberación femenina y las hay que perpetúan las dinámicas del macho alfa. Las hay de un color o del otro o de todos, y las hay que vomitan cada rato su desencuentro corporal y vital. Las hay alegres o hijas de la fregada o malas de malolandia. Las hay trabajadoras y perezosas. Las hay empresarias y asesinas, deportistas y carretoneras, digitales y análogas. Las hay las hay las hay las hay. ¡Qué aburrida obviedad tener que recordarle al respetable que detrás de una palabra, hay un universo de concreciones!
25 de noviembre: día internacional contra la violencia hacia las mujeres.
Cuando 72 de cada 100 mujeres han padecido algún incidente de violencia. Cuando 52 de cada 100 mujeres han sufrido alguna agresión en su relación de pareja. Y esto sólo en el Distrito Federal, ciudad de vanguardia. Cuando a nivel mundial, un 35% de mujeres ha sufrido violencia física o sexual en el contexto de una relación de pareja. Cuando seguimos siendo una sociedad que teje su estructura de poder en el aniquilamiento del otro, del débil, de la mujer (leída así). Cuando todo esto pasa, es hora de ver el pinche espejo. Ya.
Mira. Voltea. Esa mujer que ves ahí, o esa otra. Esa con la que acabas de conversar. Esa que saludaste de pasada. En un de esas… ésa es parte de la estadística.
Y hacerte wey no te hace menos culpable.
(GABRIELA WARKENTIN)