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Alimentación en Palestina, arma de guerra y mensaje de resistencia (primera de dos partes)

Por: Redacción
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Más de medio millón de personas en Gaza se encuentran en riesgo de hambruna, según la Clasificación Integrada de Fases de Seguridad Alimentaria, una iniciativa de las Naciones Unidas

Por Mariana Castillo Hernández

“Estamos en un punto en el que los israelíes pueden masacrar a civiles en Gaza y Cisjordania con total impunidad. Esto es peor que lo que vimos en el apartheid de Sudáfrica y Rhodesia. La analogía más cercana es la colonización europea de América, donde se mataba por deporte y se aniquilaba la resistencia”, dice un mensaje de Jason Hickel, antropólogo especializado en economía, en la red social X.

Es innegable que este genocidio es vergonzoso. La cifra de al menos 186 mil personas muertas, de acuerdo con datos del estudio de The Lancet, es terrible. ¿Qué derecho humano tiene la mínima posibilidad de ser respetado ante esta barbarie y la cómplice apatía e inacción de grandes poderes y gobiernos internacionales?  

Más de medio millón de personas en Gaza se encuentran en “condiciones catastróficas”, en riesgo de hambruna, según la Clasificación Integrada de Fases de Seguridad Alimentaria, una iniciativa de las Naciones Unidas y otras agencias. Como le dijo la abogada Paula Gaviria a la BBC: “Israel está usando la comida como un arma de guerra contra la población palestina”. Además del horror y la letalidad de los ataques, la gente está muriendo a causa del hambre.  

En este contexto, existen iniciativas humanitarias que han estado presentes como World Central Kitchen (siete personas de su equipo fueron asesinadas: el chef José Andrés acusó a las fuerzas israelíes de que el ataque fue sistemático), y también está Watermelon Relief, quien unió esfuerzos con WCK y es una organización que ayuda a las familias desplazadas.

En sus últimas publicaciones, estos anunciaron la entrega de instrumentos diseñados para cocinar con leña en algunos campamentos pues no solo los ingredientes son escasos, sino que las condiciones materiales para la preparación son precarias igualmente: no hay gas, agua o espacios idóneos para hacerlo. Hamada Sho, bloguero gazatí, aparece en varios videos compartidos con esta colectiva mostrando cómo realizan diferentes platillos con los paquetes de ayuda humanitaria. desde churros, pasando por hamburguesas hasta postres para Eid al Fitr, o la fiesta del fin del ayuno, porque lo que entraña en la vida de las personas continúa, porque la posibilidad de gozo y de antojo también son resistencia y dignidad.

Otras niñas como Aseel abu shaqfa “Sara” (@asil14._) y Renad (@renadfromgaza) desde sus cuentas cocinan y narran lo que es crecer, comer, vivir y resistir entre escombros y escasez, como se hacen sustituciones de lo natural por lo procesado, como el seguir elaborando algo comestible identitario puede seguir cohesionando y dando alegría en lo adverso. 

“Gaza lleva casi 17 años convertida en una prisión al aire libre que desde 2017 no tiene acceso al agua potable”, escribe Nofret Hernández, periodista y doctora en mundo árabe, en su texto Narrativas dogmáticas que apoyan crímenes de guerra publicado en Aristegui Noticias. En él, destaca la nociva narrativa de medios hegemónicos y la asimetría entre Israel y Palestina. Hay vidas que importan más que otras en las coberturas noticiosas y eso abona al discurso actual. Pronto, continuaré la reflexión en la segunda parte de este texto.