Si Andrés Manuel quiere ser Presidente de México tiene que frenar primero a uno de sus principales opositores: el propio López Obrador.
Ya se saboteó una vez, en 2006, cuando descalificó a Vicente Fox con el célebre “cállate chachalaca”, que hizo creíble para muchos aquello de que se trataba de un político autoritario. Luego, en 2012, fue incapaz de hablarle a las clases medias panistas, y en su resistencia se quedó a seis puntos de Enrique Peña Nieto.
Y ahora que va bien, que consiguió una oportuna foto con el papa Francisco, que se subió al tema del aeropuerto y que es visto por muchos como una posible opción para 2018, decide revivir aquello de la resistencia civil como para alimentar los temores de quienes le han visto siempre con recelo.
¿De veras la primera acción como presidente de Morena es alentar la protesta social? El tema puede o no ser justo, ese no es el problema, sino lo que comunica y cómo le hace la vida fácil a sus adversarios.
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En especial en un momento en que están decididos a hacerlo presidente. Porque vaya que le ha servido el ataque de Peña Nieto a los populistas, en un discurso que lo mismo llevó a su Tercer Informe de Gobierno que a la mismísima asamblea de las Naciones Unidas. A López Obrador le están haciendo la campaña desde el PRI, como prueban las declaraciones del dirigente tricolor, Manlio Fabio Beltrones, quien ha dicho que harán una reforma electoral para frenar la presencia en spots del propio López Obrador.
Señal que ha permitido a AMLO jugar la carta que mejor conoce, la de mártir, como prueban ya sus declaraciones en las que califica a una potencial reforma electoral como un segundo desafuero y un intento por frenar su llegada a Los Pinos.
Con un gobierno tan mal evaluado y una oposición tan desgastada en el PAN y el PRD, López Obrador tiene una oportunidad de volver a jugar un papel central en la próxima elección presidencial, sólo que para ello tiene que aumentar la esperanza de sus seguidores y disminuir el miedo de sus detractores.
¿Será capaz AMLO de mostrar que ha aprendido de sus errores o le ganará la soberbia de creer que tiene la verdad absoluta? Veremos.