Ante la locura, el humor, por @Lucianopascoe

El amour plus fort que la haine (el amor es mas fuerte que el odio): Charlie Hebdo.

 Ayer, un grupo de hombres armados, embozados y notoriamente enfermos entraron a las oficinas de Charlie Hebdo, una revista de humor francés y masacraron a cartonistas, policías y trabajadores. 12 en total.

Murieron el editor Stephane Charbonnier, conocido como Charb, y los moneros Cabu, Tignous y Wolinski.

Este ataque es, probablemente, el más simbólicamente grave de los últimos meses en la desquiciada acción de llamados ‘lobos solitarios’ del ejército del autoproclamado Estado Islámico.

Y es que todo lo que se les percibe, todo lo que hacen, la manera en la que entienden la vida estos extremistas no es civilizatorio. No tiene pies ni cabeza.

La gente tiene derecho a decidir como vivir su vida y creer en lo que le plazca. Ese es su nuestro derecho. Si una persona decide ser mormón, es su tema, vivir como Amish, también.

Si decide una mujer vivir bajo el dominio infame del islam radical, es su decisión.

El problema es esta idea demenciada de que se vale, se puede, es correcto ejecutar a la gente que vive diferente, que piensa distinto y que tiene todo su derecho a decirlo.

Los moneros de esta revista francesa sí se burlaban de personajes religiosos, de los dogmas, de las locuras. Usaban el humor para enfrentarnos con los absurdos del pensamiento humano, de cómo usamos nuestras convicciones para justificar lo injustificable.

En México, los moneros han sido parte central en la apertura democrática y el crecimiento de la libertad de prensa.

Cuando nadie quería decir nada, estaba Naranjo. Cuando todos querían ser cuidadosos, estaba Paco Calderón. Cuando había que ser críticos y cínicos, estaba Trino y Jis.

Magú, El Fisgón, Garcí, Camacho, Boligán, Ahumada (qepd) y tantos más que en nuestro país fueron con su humor desnudando a nuestra clase política, religiosa, social y cultural.

El humor es una manera eficaz de enfrentarnos con nuestra verdad, con nuestra locura.

Los radicales islamistas han perdido todo y en particular su sentido del humor.

Ninguna sociedad seria, útil, constructiva puede vivir sin sentido del humor, sin reírse de sí misma, sin aprender de sus errores.

Lo sucedido ayer en Francia es el peor atentado de todos, busca apagar el humor, la risa, la agudeza y la critica.

No dejemos que triunfen esas voces.

 (Luciano Pascoe)