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9 de abril 2019
Por: Tamara de Anda

Árboles y periodistas

¿Ya conocen el Parque de los Periodistas Ilustres?

Los vecinos del pueblo de Magdalena Mixhuca y colonias aledañas cuentan que al parque que estaba en Fray Servando Teresa de Mier y Avenida Congreso de la Unión se le conocía como La Selvita. Como testimonio de aquella época permanecen una tienda de abarrotes sobre la calle Cucurpe, un puesto de hamburguesas afuera del Metro y un grupo de scouts que tienen el mismo nombre.  

En 1990, como parte de un programa de renovación de espacios públicos del D.F., pusieron en cintura esta área verde y, de paso, le cambiaron el nombre. Se convirtió en el Parque de los Periodistas Ilustres. El entonces delegado de Venustiano Carranza, Roberto Albores Guillén, y el regente Manuel Camacho Solís lo presumieron mucho. Qué retro. La primera estatua que se levantó fue la de José Pagés Llergo, fundador del semanario Siempre!. Luego se añadieron Martín Luis Guzmán y Francisco Martínez de la Vega.

Para variar, el jardín quedó en el olvido, se deterioró y se volvió inseguro, así que en 2008 le dieron su manita de gato y lo volvieron a inaugurar. Ese año, agregaron a la primera mujer homenajeada en la plaza: Lolita Ayala. Su busto es, por mucho, el más alucinante del conjunto, porque la comunicadora emerge ¡de una flor! Según la crónica de la sección de espectáculos del diario El Universal, aquel día “Ayala se colocó al lado de la efigie, luego de pasar por la alfombra roja, que lució con infinidad de rosas rojas y flores de todos colores. Al tiempo de la develación, llovieron confetis y globos de color rosa, lo cual hizo que el momento se distinguiera por la carga de emotividad”. Awñ. En la nota también alaban la labor de Ayala apoyando a niños en situación de calle… a los cuales, por cierto, desplazaron del parque como parte de su remodelación. Oh, la ironía.

Hablando de El Universal, la estatua más reciente fue agregada en 2016 y es un homenaje al director de este periódico, Juan Francisco Ealy Ortiz, con motivo del centenario de la publicación. Antes de eso, ya se habían sumado las efigies de Miguel Ángel Granados Chapa, Jacobo Zabludovsky, Luis Carreño Limón, Ricardo Rocha, Virgilio Caballero Pedraza y Jorge Garralda, con todo y puñito de “¡No se deje!”. Y la de Elena Poniatowska, la segunda mujer en este club de Toby periodístico.

Este lugar debería ser visita obligatoria en las escuelas de Comunicación. Da para textos críticos muy sabrosos. Está saliendo del Metro Fray Servando, Línea 4. Ya que andas por ahí, ve a la constelación taquera de Lorenzo Boturini.

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