Hace casi dos años me cambié de departamento. La razón: unos ladrones se metieron a mi domicilio en la colonia Campestre Churubusco y me robaron lo poco de valor que hallaron y rompieron aquello que les salía al paso para desquitar su frustración por un robo tan mal remunerado.
Como buen ciudadano hice mi denuncia ante las autoridades a sabiendas que nadie me iba a devolver mis cosas. Las autoridades, por su parte, acudieron a tomar mi declaración y los peritos a tomar huellas digitales a sabiendas de que jamás encontrarían a los ladrones. Y me fui. Al mes pusieron cámaras en la calle donde vivía y al parecer los ladrones se mudaron a la colonia de al lado.
Conseguí un nuevo departamento en el apacible barrio de los Reyes en Coyoacán. No hay banquetas, todos los días truenan cohetes a todas horas y en las noches con trabajos te alcanzas a ver las manos si vas caminando por ciertas calles, pero solía ser un lugar tranquilo (salvo por los cohetes), hay unas fonditas maravillosas para comer y un aire de pueblecillo puede sentirse ciertas mañanas de domingo, en que el Ajusco amanece despejado y corona el paisaje.
Sin embargo los últimos meses el ambiente se ha enrarecido un poco en mi barrio. Por algo que algunos llamarán instinto he tratado de salir menos de noche a pasear a mi perro Perucho y he notado una mayor presencia policiaca en la zona, lo que pone intranquilo a cualquiera. Hace unos días apenas mientras me dirigía a la legendaria fondita de la señora Ángeles, un operativo de la policía federal tomó mi calle por asalto. Decenas de tipos armados con el rostro cubierto revisando autos y casas nos hicieron sentir por un instante no en Coyoacán sino en Apatzingán. Al final se llevaron a un parroquiano y nadie supo más.
Hace unos días también leí en el Reforma una nota titulada “Amenazan vecinos con armar autodefensas” y casi me ahogo con el café mañanero cuando me entero de que esos vecinos indignados y rabiosos que piensan retomar la franquicia michoacana en el DF… ¡son mis vecinos! Justamente los vecinos de los Reyes Coyoacán.
Si a esto sumamos que acaban de detener a tres tipos en la delegación Coyoacán con más de 4 millones de dólares uno no puede más que preguntarse: ¿Qué se debe hacer en estos casos? ¿Sumarme a la autodefensa de mi manzana o al cártel de mi colonia? ¿Prepararme para defenderme de las autodefensas? ¿Poner mi propio cártel? O tal vez, simplemente, como ya me ha sucedido tantas veces, y como le sucede a tantos mexicanos todos los días, solo deba mudarme de nuevo.
SÍGUEME EN @monocordio
(FERNANDO RIVERA CALDERÓN / @monocordio)