Muchas empresas dicen que trabajan en favor de la salud mental de sus trabajadores, pero no hacen nada, por eso Miguel Nisenbaum propone que los líderes creen islas de bienestar
Por Genaro Mejía
Suena a una utopía. Acabar con los crecientes problemas de burnout, estrés, depresión y ansiedad en el trabajo tal vez tendría que pasar por el cambio radical del sistema económico actual, basado en la mayor productividad y las mayores ganancias a toda costa.
No es un problema menor. En México, siete de cada 10 trabajadores mexicanos sufren estrés laboral, mientras que el 67% de los empleados padecen el famoso burnout, conocido como síndrome de desgaste profesional, que es un factor de riesgo laboral que afecta la salud mental de los empleados.
Pero para Miguel Nisenbaum, socio de Mapa de Talentos y experto en psicología positiva y job crafting, no todo está perdido. Mientras los gobiernos y las empresas avanzan lento en todo el mundo en mejorar las políticas laborales que protejan a los empleados, le toca a los líderes dar la batalla para proteger la salud emocional y mental de sus equipos.
También, alerta el especialista, se está dando un fenómeno parecido al greenwashing: hay corporaciones que dicen que trabajan por mejorar la salud mental de sus colaboradores, pero no lo hacen. Una especie de healthwashing.
Pero esto no puede seguir así porque la gente protesta o, de plano, deja el empleo, con el costo que esto representa para las compañías. “Lo que la gente dejaba debajo de la alfombra antes, ahora ya viene a la mesa. La gente que trabaja en la empresa tiene coraje para denunciar si sucede algo”, dice Miguel, quien participó como ponente en el evento Wellbeing 360, organizado por Tecmilenio.
Lo que él propone para combatir las pocas o nulas iniciativas reales de las empresas para mejorar el bienestar de los trabajadores se llama islas de bienestar, es decir, micro equipos dentro de las organizaciones donde el líder, consciente de los problemas que provocan el exceso de trabajo y las presiones cotidianas, crea un espacio seguro, donde cada miembro es escuchado, sus necesidades e inquietudes atendidas, en el que se prioriza el bienestar de cada de persona.
“Si tienes un directivo de una unidad, de un área, que cree que puede empezar el cambio, lo que yo llamo de islas de bienestar, crea un efecto de contagio. No hace falta esperar que toda la cultura de la organización cambie, si tú como líder tienes opción de cambiar.”
Costo-beneficio
No hacer nada para ayudar al bienestar de los trabajadores está mal, pero mentir diciendo que se hace algo está peor. Más allá de la ética de las empresas, lo que pasa cuando no atienden el problema de salud mental y emocional es que pierden dinero.
A nivel mundial, se estima que cada año se pierden 12,000 millones de días de trabajo debido a la depresión y la ansiedad, a un costo de mil millones de dólares por año en pérdida de productividad, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Así que no hacer nada es mucho peor para los trabajadores, pero también es peor para toda la empresa.
Para Miguel Nisenbaum, este cambio requiere que más personas se involucren. “La conciencia de los líderes de la organización es fundamental para que eso sea realidad. No es una responsabilidad solamente de recursos humanos”, dice.
Sólo con la participación de los directivos de la empresa, asegura, se podrán realizar acciones concretas en beneficio del bienestar de todos. “Es la única manera de que eso se torne algo efectivo y que no sea falso, que no sea real, que no sólo sea para pintar una realidad.”
Al final, en el bienestar emocional y mental de las personas está el futuro de toda la humanidad. “Si en el grupo que convivimos y trabajamos tenemos seguridad psicológica, podremos enfrentar la incertidumbre, cualquier disrupción, con mejores condiciones ante los desafíos, con más claridad y más optimismo.”
Genaro Mejía es periodista de negocios, speaker y LinkedIn Top Voices Latam. Estratega en comunicación, storytelling y nuevas narrativas. LinkedIn: @GenaroM / Newsletter: Bar Emprende