Ante la crisis política que vive México uno esperaría que sus gobernantes mejoraran su comportamiento para tratar de revertir su mala imagen. En contraste han optado por llevar sus vicios a un nuevo nivel.
Es el caso, por ejemplo, del panista Jorge Romero, el jefe delegacional de Benito Juárez que ante las críticas a su gestión ha respondido con una maniobra que garantiza su futuro político al colocarse como primero de la lista de los futuros diputados locales plurinominales de Acción Nacional. Dicho de otro modo, sin pasar por el juicio directo de los electores ya tiene fuero y dieta garantizada por los próximos tres años.
La historia es parecida en las filas del PRD en donde el Jefe delegacional de Iztapalapa será diputado federal por la vía plurinominal sin tener que rendir cuentas por las camionetas que usaba y que eran de proveedores de su delegación.
Y en otros niveles las cosas no están mejor. En lo que considero el peor de los casos en los últimos años en cuánto a cinismo se refiere – y miren que la competencia está reñida – dos gobernadores estarían planeando mantenerse dentro del presupuesto con una argucia de novena. Según la información del diario Excélsior, los gobernadores de Puebla – Rafael Moreno Valle – y el de Sonora, Guillermo Padrés, quieren ser diputados federales suplentes AL MISMO TIEMPO que son gobernadores.
¿Para qué? Para que el día que termine su período le pidan al que dejaron encargado en la Cámara de Diputados que se haga a un lado para que ellos asuman como legisladores federales. De comprobarse la maniobra sería una de las más burdas que haya empleado un político en la historia de país para mantenerse como parte de una élite privilegiada sin tener que pasar por las urnas.
Y por supuesto, todo esto ocurre mientras los legisladores del PRI siguen frenando el Sistema Nacional Anticorrupción. ¿Cómo? Insistiendo en que la condición para aprobar el sistema que habrá de investigar al Ejecutivo es que esté encabezado por el mismísimo Presidente de la República. Eso al mismo tiempo que promueven leyes para retroceder en materia de transparencia y acceso a la información .
No hay duda que el país se mueve, va en reversa. Y frente a la descomposición, los integrantes del sistema político han optado por aferrarse al poder en vez de ventilar la casa para recuperar algo de la legitimidad perdida.
¿Qué pasará en México ante este escenario de abuso del poder? Muy poco, mientras los ciudadanos no construyamos, como dijo González Iñárritu, el gobierno que merecemos. Lo otro, suponer que ellos, los de siempre, habrán de cambiar, es una pérdida de tiempo.