Necios que insisten con el castigo. Necios que muerden para no castigarte. Necios que no quieren respetar y prefieren hacer trampas al conducir
Nos dijeron que ya no habría fotomultas, fue una promesa de campaña de la actual administración. Cuando la candidata Claudia Sheinbaum lo prometía en las plazas públicas como parte de su estrategia electoral, los asistentes gritaban de emoción. ¿A quién no le iba a alegrar eso de no pagar fotomultas? Parecía que al fin se terminaba ese Gran Hermano que te vigilaba y sancionaba cuando no respetabas los límites de velocidad.
En esta CDMX pasan cosas que no ocurren en cualquier otro lugar del planeta. Ahí tienen al tráiler que iba en el Periférico, lo que está prohibidísimo según el reglamento. Pero no solo eso, el tráiler circulaba a exceso de velocidad. Pero no solo eso, el tráiler circulaba en Periférico, a exceso de velocidad… ¡en el Segundo Piso! Pero como esto ocurrió en la Ciudad de México, el absurdo debe superar cualquier expectativa, por lo que el 3 de abril de 2019 un tráiler circulaba en Periférico, a exceso de velocidad, en el Segundo Piso… ¡y en sentido contrario! Como resultado de ello, al conductor se le levantó una infracción, el vehículo fue multado y hoy circula libremente por las calles.
En una ciudad donde con mentadas, golpes y balazos se arreglan pleitos automovilísticos, el gobierno local ha tomado una decisión: lanzar las fotocívicas. Si ustedes creían que se terminaban las fotomultas, están equivocados. Resultó la misma foto, pero revolcada. Son 138 cámaras, radares y detectores de velocidad esparcidos por las esquinas más conflictivas de la capital. Y así, con un mecanismo que no queda del todo claro, que suena complejo y difícil de implementar, las autoridades le apuestan a la conciencia cívica y vial por sobre la multa que otrora cobraba una mínima parte el gobierno y la mayor una empresa privada.
Una violación al reglamento se cobra con algo que le “duela” al infractor. En ese sentido, pagar las infracciones con dinero inhibía la trampa, porque el codo te ardía nomás de saber lo que debías que pagar o lo que debes pagar si tienes una o varias acumuladas. Ahora, pagarás con un llamado de atención (en la ciudad donde no hacemos caso a los regaños, ni los oficiales de tránsito gozan de confianza, credibilidad o autoridad moral —aunque existe elementos admirables y ejemplares— para llamar la atención); con un curso de manejo (en la ciudad que da licencias… ¡sin comprobar que sabes manejar o eres apto físicamente para hacerlo!); con la invalidación de la licencia (misma que muchos sacan en otros estados para seguir circulado); o con trabajo comunitario (ya quiero ver que los infractores de todos los estratos sociales —desde muy abajo, hasta muy arriba—, lo hagan).
Serán 10 puntos restados a la licencia por cada falta. Una vez terminado ese puntaje, no se podrá verificar el auto. Las razones de las multas hay que leerlas en el reglamento, ese que no nos obligan a revisar cuando compramos un auto o sacamos la licencia.
Las notificaciones podrían tardar hasta tres semanas en avisarte si eres un infractor. No sé, creo que los orígenes de esas conductas de los infractores son las que deben resolverse. La corrupción en las corporaciones es lo que debe terminar. Sí, los chilangos somos una calamidad al volante, pero… ¿a poco todos saben lo que significa la palabra civismo? Además, ¿compartimos la ubicación de las cámaras para prevenir a los chilangos y pasado el retén mirón… acelerar? Las fotocívicas no buscan la multa, sino que los conductores sean precavidos.
Ojalá lo consigan. Veremos resultados, les doy el beneficio de la duda a los bienintencionados del Gobierno de la Ciudad de México por sobre los malintencionados al volante.