Necios que prefieren impunidad sobre justicia. Necios que se conforman con eso
Son tiempos inauditos, condenables, contrastantes: mientras a unos les va poca madre con sus bisnes ilegales, a los más jodidos les va mal cuando salen a trabajar; mientras uno hace del delito un negocio redondo, un inocente recibe una bala perdida en medio del caos. ¿Ley de la selva? Ni en la selva hay semejante desastre.
Existen claras diferencias de trato y fortuna entre un apellido y otro, entre un nivel social y otro, entre chilangos de primera y los de cuarta, que no precisamente encarnan esa cuarta transformación que tantas expectativas ha generado. La constante es que nadie respeta las leyes, y que tras un delito la impunidad se vuelve la cereza en el pastel. La impunidad ya es una aspiración entre nosotros y hemos democratizado la corrupción.
“La impunidad ya es una aspiración entre nosotros y hemos democratizado la corrupción”
Hay algo de conformismo en ello: “Pos ni pedo, así es México”, “Vastar cabrón salir de ese hoyo, porque el mexicano es así”. Es aterrador ese conformismo y quiero documentarlo de bote pronto. Quiero que hagamos un ejercicio cruel pero necesario: comparemos dos Méxicos (dos, de tantos que hay), dos Ciudades de México contrastantes contadas en los periódicos que hoy se han convertido en catálogos de muerte, en galerías del horror.
Por un lado, tenemos: Dos grupos delictivos se pelean territorios para extorsionar, distribuir drogas y cometer otros delitos y se enfrentaron en Garibaldi. Seis muertos a manos de asesinos disfrazados de mariachis que abrieron fuego a un puesto de quesadillas… Se reaviva la disputa entre el cártel La Unión Tepito, de El Betito, y la Fuerza Anti-Unión, liderada por Sergio Flores Concha, El Tortas, quien, según las primeras versiones, era el blanco del ataque, aunque alcanzó a huir por el aviso de policías corrompidos. ¿De veras nadie puede parar esto?
En contraste: Un padre de familia y una menor de 13 años fueron asesinados en un auto marca Audi. Les cayeron a tiros en calles de la colonia San Lorenzo La Cebada, en la delegación Xochimilco, en la Ciudad de México. Su madre, malherida, terminó muerta en un hospital. ¿En serio no nos alarma cuántos niños estamos matando? ¿Así de fácil es matar? ¿Necesitamos ser funcionarios públicos para sobrevivir rodeados de seguridad personal?
Por otro lado, tenemos: Karime Macías, esposa del exgobernador de Veracruz Javier Duarte, operó la compra de una mansión de siete millones de dólares en Miami, Estados Unidos: siete recámaras, nueve baños y una alberca. Macías está acusada del desvío de 112 millones de pesos del Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia de Veracruz.
En contraste: El tiempo se detuvo en muchas zonas de Puebla, Oaxaca, Morelos, Chiapas, Tabasco y la Ciudad de México tras el sismo del 19s. Se detuvo porque permanecen destruidas las casas y las familias sin dormir en un lugar digno: “siguen siendo una fotografía de aquellos días”. La reconstrucción está abandonada, como olvidados los damnificados que no se apellidan Macías, Gordillo, Peña Nieto, López Obrador, Mancera… Ellos se apellidan Pobres, Sin Poder, Damnificados. Vaya contrastes, ¿no?