Necios que se dedican a levantar monumentos aquí y allá en lugar de construir bien lo que más se necesita.
Tal vez lo correcto es llamarle memorial. Sí, así lo presentaron: un memorial para los muertos por el terremoto del 19s en CDMX. ¿Neta? ¿Es necesario? Les pregunto esto porque el gobierno de esta H. CDMX propone expropiar el espeluznante predio de Álvaro Obregón 286 para concretar la fantasía del memorial 19s. Espeluznante, terrorífico y dantesco lugar, como los recuerdos que nos trae esa dirección. Ahí, las horas pasaron entre sobrevivientes rescatados y cuerpos destrozados que fueron llevados a la morgue sin que se enteraran los familiares de las víctimas que, durante días, se apersonaron esperando a que les dieran razón de los suyos. Nadie les decía nada. Ese polémico predio que no cumplía con las normas que debía atender. Ahí donde operaba la inteligencia israelí y la española, según versiones periodísticas. Ahí donde durante décadas operó un edificio que al paso de los años fue acumulando muchas irregularidades, estructurales y burocráticas, que terminaron por derrumbarlo para aplastar 49 vidas.
Ahí quieren levantar un monumento, un memorial. ¿Exactamente por qué? No encuentro un choro que me convenza, más allá del “es ahí donde murió el mayor número de personas”. Ajá, ¿y? ¿El número importa? ¿Y donde murieron menos, qué? ¿Hablan de un monumento a qué? A la corrupción, la evasión, negligencia y omisión que se nos ocurren cuando nos preguntan cómo se construyen edificios en esta ciudad. No ocurre en todos los casos, claro, pero ¿cuántos ya no aguantan un temblor similar que puede ocurrir mientras leemos esto? Somos un país de monumentos y memoriales que levantamos por todo y luego olvidamos por cualquier cosa.
Y sí, son importantes para la memoria colectiva de una ciudad, de un país. Sí, pero vivimos en México, donde los mexicanos olvidan prácticamente todo: los agravios, la corrupción, los robos, los orígenes de las tragedias, los responsables, los cómplices. ¿A mexicanos con memoria corta o selectiva les vamos a construir un caro monumento (todos sabemos que esas cosas terminan con sobreprecios considerables) para recordarles algo que durante décadas no les importó (ni a la clase política y burocrática coludidas con constructores criminales)?
¿Y si mejor ahí construimos un edificio para algunas de las cientos de familias que se quedaron sin casa? ¿Y si damos cátedra de cómo se deben hacer bien las cosas de una vez y por todas? ¿O es que a los hipsters e influyentes vecinos condeseros y romanos no les gustaría ver un multifamiliar (como los cientos que hay en esas colonias) con gente que no se parece a ellos? ¿Guacalaquéasco?
Neta, ¿necesitamos un monumento? ¿Es más importante un memorial que una escuela? ¿No nos hace falta algo más? ¿No podremos aprovechar mejor esa privilegiada locación para algo que dé una lección positiva y sirva en serio para algo importante?
¿Por qué solo van a consultar a los vecinos de la zona (Roma Condesa)? ¿Es un memorial exclusivo para esos muertos, para esa colonia? ¿O también para los muertos en Xochimilco (San Gregorio), Benito Juárez (Narvarte) o Gustavo A Madero (Lindavista)? ¿Nos podrían argumentar profusamente por qué lo expropian y si eso es legal? Es un memorial hipster o un memorial pa-ra-los-muer-tos-del-19s-en-la-CIU-DAD. Pregunto, antes de hacer una chilangada más.