Necios que no se informan. Necios que se aprovechan de los que no se informan
Los chilangos somos guangos y torpes. “Dejados” propongo en el título, por no escribir “apen” antes de esta palabra. Los que toman decisiones con nuestro dinero nos pendejean con el arte de la política, ese que no es otra cosa más que engañar, articular palabras para despistar, prometer un cambio para que las cosas empeoren o prometer un cambio para que todo se queden igual. Decisiones importantes como la del nuevo aeropuerto es un ejemplo de cómo la diarrea verbal de los políticos tiene consecuencias gravísimas en nuestras vidas.
Sí, son más riesgosos que las grasas saturadas y el azúcar. Es muy peligroso estar adormilados mientras otros toman decisiones de gran trascendencia. Los políticos a veces se comportan como una plaga. Uno de los argumentos clave para realizar el nuevo aeropuerto es que beneficiará con una gran derrama económica a las colonias cercanas. En esta esgrima de demagogia quiero detenerme.
“Es muy peligroso estar adormilados mientras otros toman decisiones de gran trascendencia”
Uy, porque —oh sí, sí—, cuando el aeropuerto esté terminado, dicen, las colonias cercanas se dispararán (no a balazos entre ellos, sino…) en términos de su plusvalía y desarrollo económico, social y cultural. O sea —oh sí, sí—, esas colonias no le pedirán nada a las colonias más pirrurris de ciudades europeas como Nápoles, Ámsterdam, Oslo o Bruselas después del repunte que tendrán. Ajá. Maren de pamar. ¿Derrame económico y beneficios? ¿Exactamente como cuáles? ¿Como los que dijeron que dejaría el actual aeropuerto a la Colonia Peñón de los Baños y aledañas? Ahí donde robos, secuestros, extorsiones y feminicidios ocurren de cajón a diario. ¿Alguno de los diarreicos políticos que necean con eso se ha dado una vueltita por las calles que rodean al aeropuerto? ¿Alguien me puede decir dónde y cómo se ve exactamente el desarrollo que el actual aeropuerto trajo a las calles de esas colonias? Seguro el Waze los ha mandado, queridos lectores, por esas calles. Las familias padecen su oscuridad, la suciedad, los baches, los delitos que se cometen a diario, el olvido. ¿Empleo? ¿De mala calidad, pésimamente pagados a cambio de transformar el entorno en un buen negocio? Es muy mexicano ver cómo por el aeropuerto desfilan camionetas lujosas escoltadas que recogen pasajeros VIP. En esa terminal aterrizan vuelos procedentes de lujosos destinos, hay tiendas de marcas caras en sus pasillos y la gente sonríe custodiada por policías federales. Pero nomás con cruzar una calle la desigualdad haría que los ojos de los que nos quieren pendejear salten. A una calle de ahí no hay ese desarrollo que prometieron.
Creo que construir un aeropuerto como el nuevo que quieren hacer debería sostenerse con argumentos que no sean mentiras o espejitos. ¿Exactamente cómo se van a beneficiar los vecinos? ¿Terminarán esas colonias igual o peor que las que rodean el aeropuerto? ¿Exactamente cuál será el impacto ecológico? ¿Seguiremos siendo una especie asesina de otras especies? Leo una serie de reportajes importantes que publica El País sobre los impactos negativos que provocaría el nuevo aeropuerto (bit.ly/2nAo2nu). ¿En serio, por primera vez en nuestras vidas chilangas, no podemos hacer las cosas bien?