El yoga facial opera bajo un simple principio: los músculos de la cara no son diferentes al resto de los músculos del cuerpo
Por Ana Paula Domínguez
Nuestra cara refleja nuestras emociones. Todo el estrés y las preocupaciones que hemos tenido en nuestra vida se ven reflejadas en el rostro; sin embargo, apoyándonos en la tecnología milenaria que ofrece el yoga podemos liberar todas esas emociones y renovar la estructura y vitalidad de la piel. “Si no ejercitamos los músculos de la cara, se volverán flácidos”, dice Annelise Hagen, autora del libro The Yoga Face.
La piel pierde cualidades con la edad no sólo por el efecto de la gravedad sino porque contiene colágeno que junto con la elastina, son los responsables de mantenerla firme. Con la práctica de yoga se estimula la producción de colágeno y eso, aunado al tono muscular facial que brinda la práctica de yoga, ayuda a dar vitalidad, jovialidad y frescura.
Los músculos del rostro se dividen en voluntarios e involuntarios. Los músculos más largos son voluntarios y nos permiten decidir sentarnos, pararnos o correr. Pero los de la cara son pequeños e involuntarios y se mueven como expresión de la emoción. Nosotros los podemos entrenar para que se muevan voluntariamente a través de ciertos ejercicios.
Ponlo en práctica
- Para los cachetes y labios: llena de aire los cachetes y transfiere el aire de un cachete al otro al menos 5 repeticiones o hasta quedar sin aire. Repite el ejercicio 4 veces.
Beneficios: normalmente guardamos mucha tensión en la zona de la mandíbula, por lo que este ejercicio además de relajar la cara en general, nos brindará una expresión del rostro suave.
- Para el cuello, la mandíbula y los hombros: lleva tu cabeza hacia atrás y mira hacia el techo. Debes de estar relajado. Traga saliva al tiempo que presionas la punta de la lengua en el tope del paladar superior. Luego gira la cabeza ligeramente hacia la derecha y traga saliva. Luego gira tu cabeza hacia la derecha y traga saliva. Repite esto de tres a cuatro veces.
Beneficios: este ejercicio fortalece el cuello y permite relajar la tensión de los hombros y de los músculos faciales.