Contracultura pop | Estrellas de los 90

Opinión
Nine Inch Nails y Smashing Pumpkins, dos bandas que gozaron de su mayor éxito en los 90, están de regreso con música de estreno y actitud renovada. Más distintos no podrían ser sus respectivos líderes, dos personajes que, de cierto modo, simbolizan la división que hoy se palpa en el aire

“Hoy, a casi 25 años de haber editado sus discos emblema, Trent Reznor y Billy Corgan son noticia”

Aquellos tiempos… Los lejanos años 90 que, musicalmente, arrancaron con la revolución generada por Nirvana y su “Smells Like Teen Spirit”. Fue tal su éxito que derribó las puertas de la corriente principal para que por ahí entraran otros artistas que compartían ambiciones artísticas, orígenes subterráneos o discursos contraculturales. Ese momento peculiar fue aprovechado tanto por Billy Corgan y sus Smashing Pumpkins como por Trent Reznor y su proyecto Nine Inch Nails para reclutar legiones de entusiastas y convertirse en dos de las bandas más exitosas de esa era.

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Hoy, a casi 25 años de haber editado sus discos emblema (Mellon Collie and the Infinite Sadness, de SP, en 1995, y The Downward Spiral, de NIN, en 1994), ambos músicos son noticia. Trent Reznor, porque Nine Inch Nails presentó la semana pasada un nuevo disco. Billy Corgan porque anunció que, tras una larga ausencia (y muchos proyectos irrelevantes), los Smashing Pumpkins están de vuelta. La única ausencia en la alineación original es la bajista D’arcy Wretzky, con la que Corgan sostiene un pleito mediático que da pena ajena. Los Pumpkins, además de una gira que seguramente les resultará muy lucrativa, han anunciado un disco de larga duración. Por lo pronto han puesto a circular un tema recién hecho, llamado “Solara”, de buena factura y con la capacidad de emocionar a nostálgicos. Es una producción del gran Rick Rubin.

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Quizá en lo que más se distinguen Corgan y Reznor es en sus posturas políticas y sociales. Reznor ha sido un crítico puntual de la administración de Trump, acusándolo de ser un imbécil, de ser vulgar, grotesco y otras cosas, y definiendo a los Estados Unidos como el país más desmoralizado del mundo. Además, ha señalado a artistas como Kanye West, que lo ha apoyado abiertamente, o como Taylor Swift, que evita opinar de Trump y sus políticas para no ofender a sus fans.

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Billy Corgan ha mostrado una postura política cuestionable. Con frecuencia se ha mostrado pro Trump, exaltando sus virtudes, defendiendo a miembros de su gabinete, atacando a medios que lo cuestionan, como CNN, y apareciendo con frecuencia en medios de ultraderecha. Él se define como un “libertario capitalista creyente del libre mercado”, que encuentra a los sistemas y las instituciones sospechosas. En otro tenor, ha repetido en un par de entrevistas que ha encontrado personas con la capacidad de cambiar de forma. Sí, leyeron bien. Eso nos hace pensar que está perdiendo la cabeza, comió ayahuasca o es un genio de la mercadotecnia.

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Este columnista prefiere un artista como Reznor. Duro con el poder. Capaz de cuestionarlo desde una postura inteligente. Y con una vitalidad musical impresionante. Mientras que lo que hacen actualmente los Pumpkins es un digno paseo retro, el nuevo disco de Nine Inch Nails, Bad Witch, es de una ambición que merece ser reconocida. Pocos músicos consiguen seguir siendo visionarios tras tantas batallas. Si le han perdido la pista, volteen a verlo de nuevo. Los sorprenderá.