Ya viene la película de Queen. Millones de personas han visto en línea el primer avance. ¿Qué tal va estar? ¿Será una de las pocas biografías fílmicas que consiguen mostrar la complejidad de un músico o una más de las que convierten en burdas caricaturas? De pronóstico reservado.
La semana pasada empezó a rolar por todos lados un avance de la película Bohemian Rhapsody. Es sobre los años más importantes en la historia de Queen, abarcando desde su formación a principios de la década de los 70 hasta su aparición en Live Aid, en 1985. Está enfocada en su carismático y virtuoso líder y vocalista, Freddy Mercury, fallecido en 1991.
Ha sido una filmación problemática. Los productores, que están impulsando el proyecto desde 2010, no se entendieron con el actor que originalmente iba a interpretar a Mercury, Sacha Baron Cohen (Borat); tenía ganas de contar una historia para adultos, cercana a la decadente vida real de Mercury, pero su visión no fue compartida por quienes lo contrataron. Tampoco estaban conformes con la elección de Baron Cohen otros miembros de la banda: el guitarrista Brian May y el baterista Roger Taylor afirmaron que su imagen como comediante está demasiado fija en la mente del público, temiendo que esto pudiera jugar en contra de la película. Fue remplazado por Rami Malek (Mr. Robot), que en el corto, más que representar a Mercury, parece estar poseído por él. Parece, a bote pronto, que ha sido una buena elección.
Después vino una ruptura con el director Bryan Singer. No queda claro si fue por las acusaciones de acoso sexual a muchachitos menores de edad que hay en su contra, o por los berrinches que, algunos medios reportan, realizaba con frecuencia en el set, donde, aparentemente, se ausentaba mucho y chocaba con Malek. Un día, Singer no regresó a la filmación, obligando a frenar el proyecto hasta que se logró fichar a otro director, Dexter Fletcher, quien se sumó cuando ya se habían filmado dos terceras partes de la película.
A juzgar por el avance, la cinta parece tener muy buena factura. Por ejemplo, la recreación del viejo estadio de Wembley para retratar la emotiva e histórica actuación de Queen durante Live Aid es sorprendente. También tiene con qué emocionar a los fans. Por ejemplo, una escena destacada del tráiler: cuando Mercury, en el estudio de grabación, le explica a Brian May que lo que sigue en la canción que están grabando (“Bohemian Rhapsody”) es la parte operática. Corte a la banda reunida en torno a un micrófono, grabando el famoso “Oh mama mia, mama mia, mama mia let me go/ Beelzebub has a devil put aside for me/ For me/ For me”.
Sin embargo, el corto no ha estado exento de críticas. Una de las más notables es la del productor Bryan Fuller, quien apunta que prácticamente solo se muestran las relaciones de Mercury con mujeres, evitando las que tuvo con hombres (el cantante era bisexual).
Entonces uno se pregunta: ¿qué tipo de historia van a contar? ¿Irán a retratar a Mercury como el ser complejo y multidimensional, ambiguo y transgresor que fue? ¿O se inclinarán por crear un dios del rock y mostrar únicamente con frivolidad o cursilería sus grandes éxitos en el estudio y en el escenario? Está difícil saberlo.
Y es que en el mundo de las biografías fílmicas de músicos es difícil conseguir hacer retratos puntuales que, al mismo tiempo, sean buenas películas. Hay buenos ejemplos, sin duda, como Get On Up (James Brown), Control (Joy Division) y hasta la surreal I’m Not There (Bob Dylan), pero hay unas francamente atroces. Esperemos que esta de Queen y de Mercury esté en el grupo de las buenas.