Cuatro recomendaciones para respirar profundamente

Por: Redacción
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Por lo general, no le damos mucha importancia a nuestra respiración, quizás porque es un proceso que sucede de forma automática

Por Ana Paula Domínguez 

Cuando nacemos, nuestra respiración es larga y profunda, pero con el tiempo y por los retos de la vida, los momentos de estrés o las situaciones traumáticas, se vuelve corta y superficial.

Estudios demuestran que para cuando llegamos a la edad adulta, utilizamos únicamente el 20% de la capacidad de nuestro diafragma y esto reduce drásticamente nuestra energía. La especialista en yoga, Donna Farhi, nos invita a observar la respiración al menos cinco minutos de forma diaria y comenta lo siguiente: “la base de todas las prácticas de respiración es la de establecer y mantener una respiración estable, rítmica y aplicar esta habilidad en nuestra vida cotidiana”.

Beneficios de la respiración profunda

  • Proporciona claridad mental y calma
  • Fortalece el sistema nervioso
  • Ayuda a reducir la ansiedad y la tensión
  • Permite mantenerte oxigenadx y con vitalidad
  • Te da la posibilidad de que respondas a las situaciones de la vida, en lugar de reaccionar
  • Ayuda a que tu sistema circulatorio funcione de forma eficiente
  • Mejora tu flujo de energía cuando te sientes cansado

Y por si fuera poco, estudios de la Universidad de Harvard han demostrado que la respiración correcta ayuda a reducir la presión arterial. Esto puede ser una herramienta fundamental para pacientes que padecen hipertensión o diabetes.

Instrucciones generales para aprender la respiración profunda

1.- A menos de que se indique lo contrario, la respiración se hará a través de las fosas nasales, tanto en la inhalación como en la exhalación

2. La respiración ha de ser suave, rítmica y profunda. Puedes practicar recostadx sobre tu espalda. Puedes poner tus manos sobre tu abdomen para conectar con el proceso respiratorio

3. En la inhalación, procura relajar el diafragma para que al entrar el aire se expandan las costillas. Inhala contando hasta cinco, haz una pausa de 2 segundos y exhala lentamente

4. En la exhalación, relaja la parte superior del pecho y contrae las costillas para que el diafragma suba regresando a su posición original.