En el mundo tan atribulado que habitamos, bombardeados de estímulos y cargados de responsabilidades, es fundamental cultivar hábitos para nutrirnos
Por Ana Paula Domínguez
Es un hecho que nuestro bienestar personal tiene un impacto positivo en nuestras relaciones familiares, laborales y sociales. A continuación, te comparto algunos de los hábitos que te ayudarán a cultivar el amor propio. Pregúntate cuántos de ellos prácticas y cuáles podrías empezar a realizar.
- Tener espacios sólo para ti. Salir a caminar, tener espacios de ocio o para compartir con tus personas importantes, es fundamental. Cuando tú estás bien, probablemente tengas mayor energía para dar a los demás tiempo de calidad. ¿Tienes espacios sólo para ti en tú agenda? Si no lo haces, comienza esta semana: agenda al menos media hora para hacer algo que te encante.
- Háblate con gentileza. “¡Qué tonto soy, tomé el camino incorrecto!”, es una frase que al repetirla constantemente se vuelve un hábito muy negativo hacía tu persona y que además abre la posibilidad para replicarse hacia el exterior. ¿Eres gentil contigo? En lugar de culparte o insultarte, podrías pensar: “la próxima vez pondré más atención”. Al ser gentil contigo, posiblemente lo repliques cuando otras personas cercanas a ti se equivoquen.
- Pon tu mejor intención. Surge frustración cuando no logramos que nuestro plan llegue del punto A al punto B, pero recuerda que no podemos saber el resultado de nuestras acciones. Lo que sí podemos hacer es poner nuestro mejor esfuerzo e intención para que suceda. ¿Te frustras cuando las cosas no salen como quieres? La próxima vez confía en que aunque en ocasiones no entendamos el curso de las cosas, hay un aprendizaje detrás de eso que no sale como deseamos.
- Aléjate de las relaciones tóxicas. Puede ser por costumbre o por temor que sigas dentro de una relación tóxica, pero recuerda que cada 10 segundos puedes elegir diferente. Aprende a cultivar relaciones que te nutran. ¿Cultivas relaciones tóxicas? Si es así, puedes empezar por platicar con alguien en quien confíes sobre la situación en la que te encuentras y posteriormente buscar ayuda profesional para alejarte de las mismas.
- Aprende a decir que no. Lxs chilangxs somos expertos en decir que “sí” a todas las invitaciones que nos hacen, incluso aunque quien nos invite no sea “santo de nuestra devoción” o por temor a quedar mal, pero a quien le terminamos fallando es a nosotros mismos. ¿Dices que sí a todos y a todo aunque no tengas ganas? Si es así, atrévete a decir “no, gracias”, para decirte que “sí” a ti y empezar a respetar tus necesidades.
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