Que cosas me llevo del año:
¿Fácil? No lo fue. Menos aun cuando el grupo principal te cancela cien horas antes debido a que su baterista tiene un tumor en el hombro. A propósito, habrá que preguntarle qué uña de gato usó porque, bien raro, anda muy bien por todos lados. En una de esas solo se equivocaron en el diagnóstico y era un cuadro agudo de “me vale madres el 212”. Que bueno si es así.
El segundo lo hicimos en Guadalajara y la lluvia fue de mentadas por una mala producción. Lo admito: nos prometieron que todo saldría perfecto y, al final, fuimos SARAndeados por la incompetencia de la compañía contratada. Aún así, escuchar a Yoann Lamoine cantar a la mitad de avenida Chapultepec vale todo. Pregúntenle a los 90 mil asistentes.
Fue el año de Brasil. Donde Río es una gran mentira creada desde la indecencia de Dilma y Lula. Ilusión que cayó en el primer juego y en las manifestaciones que cambiaron la samba por la represión policial. Muy de izquierda pero esos gendarmes brasileños no soportarían medio borlote.
A propósito de Brasil y el fútbol, Azteca le dio la vuelta en 2014. Mundial, finales, liguilla botanera, creatividad a borbotones. Da gusto cuando gente a la que estimas le va bien no por suerte sino por talento.
Le fue bien a Aristegui con su hit, impecable, de la Casa Blanca y eso no quiere decir que le vaya ni bien ni mal al país, pero vale la pena hacer la reflexión si no debiéramos ser un poco escépticos. Netas únicas nunca caen bien aunque este sea el país de las verdades absolutas. Tal vez por miedo o para no sufrir, pero nos gusta solo un tipo de historia: la cenicienta, el América Campeón, el político corrupto y, ahora, la periodista intachable. A todo, un poco de pimienta no le caería mal en 2015.
Y en este año cayó el Chapo y se murió Cerati, pero también supimos que Colbert se iría a CBS y que John Oliver puede hacer un programa de comedia con el mismo rigor que se hace un noticiero.
Nos subimos a Uber, al vocho de Mujica y al tren de mame con gran naturalidad. Fue mal año para los Pedros.
Se queda Ayotzinapa, el fraude de Ficrea, la ventaneada a Sony y un santo antisocialista.
Yo me quedo con Guadalajara, con Cancun, con mis amigos, mis jefes, mis proyectos y un gran amor.
No, no fue un mal año.
Listos ya para lo que comienza en menos de una semana.
(Gonzalo Oliveros)