Carmen Aristegui cuenta por qué ha llevado su batalla por la libertad de expresión en México hasta el ámbito de la justicia internacional, además de denunciar el bloqueo que ha recibido para volver a transmitir su programa de radio.
Un periodista tradicional diría que la batalla por la libertad de expresión tiene que ser en los términos periodísticos, pero tú ya estás dando una batalla legal contra MVS, incluso más allá del propio ámbito nacional. Es verdad que antes, después de tu salida de Imagen Informativa y de W Radio también hiciste señalamientos puntuales, pero ahora estás llevando esta batalla a otros terrenos, ¿por qué? ¿Hay una desesperación después de haber sufrido tres ataques a tu libertad de expresión?
Yo creo que hay una situación muy delicada para los periodistas en México que me ha obligado a dar pasos adicionales, que no ha sido suficiente imaginar que podemos dar una batalla a favor de la libertad de expresión solamente a través de nuestro ejercicio periodístico. Para defender ese ejercicio periodístico que es la causa principal, hay que dar otros pasos porque no está siendo posible ejercerlo. Porque no es que transitamos de estar en un lugar para estar en otro. A pesar de que tengo un espacio en la televisión [CNN] o una colaboración en el periódico [Reforma], no están las condiciones que teníamos previamente para desarrollar varias horas al día trabajos de investigación o tratar de poner eventos de noticias en la agencia todos los días, eso no existe y para volver a hacer ese ejercicio periodístico que hacíamos, no hay un espacio alternativo que me permita, como tú planteas, decir, sigamos dando la batalla, sólo haciendo periodismo. Hay que dar la batalla para seguir haciendo periodismo.
LEE LA COLUMNA ANTERIOR DE DIEGO E. OSORNO: ARISTEGUI: NO ES ACEPTABLE LA RESIGNACIÓN
¿Cuál es es la diferencia de este caso con los que viviste anteriormente?
El tema aquí es que los espacios se han cerrado mucho más notablemente que en los anteriores. La consigna política está mucho más delimitada que en situaciones anteriores. Lo que hay que abrir es la discusión de por qué hay un modelo concesionario en los medios electrónicos de comunicación en México que se alinean a la consigna política como soldados y que deja a los periodistas. No importa si tienen rating, si son buenos elementos, buenos personajes como para estar dando batallas fuertes en el mercado, si aunque esté sobrado que son, como el caso nuestro que tendríamos un público razonablemente bueno, en muy poco tiempo, si estuviéramos en otro lugar para discutir eso, para lograr eso, tenemos que discutir por qué no hubo una respuesta inmediata del resto de los radiodifusores que podían haber recibido o transferido ese capital, de público, de rating, o de opciones de negocio, a otros espacios.
¿Qué es lo que ocurre?
Hay una consigna claramente política que impide que lo que sería una razón de mercado ocurra, y entonces, nosotros, y digo nosotros porque no soy yo solitaria, también los abogados y más gente del asunto, sabemos que es una batalla por también discutir ese modelo en la que los empresarios hacen un uso de las concesiones adverso a lo que sería el interés de las audiencias y creo que todo junto me ha llevado a un camino en el que al final tú vas procesando un tema que deriva de un contrato y al tener la respuesta que tuvimos que es verdaderamente lamentable de la justicia mexicana, de ni siquiera permitirnos un juicio, porque no ganamos ni perdimos, nos aniquilaron la posibilidad de tener un juicio. Lo cual es denegación de justicia absoluta.