En la sierra norte de Oaxaca, el mismo sitio donde nació Benito Juárez, el sacerdote Gerardo Silvestre abusó sexualmente durante varios años de decenas de niños indígenas, sin que la jerarquía católica de México y El Vaticano hicieran algo, pese a tener testimonios y evidencias del ultraje que estaba ocurriendo.
Manuel Arias, uno de los sacerdotes que denunció a Silvestre, fue párroco durante varios años en los pueblos indios oaxaqueños y estudió un doctorado en Teología en la Universidad de Tübingen, Alemania. De su experiencia surgió Y la palabra de Dios se hizo indio, un libro emblemático en el acercamiento humano y espiritual de la Iglesia Católica con las comunidades indígenas del mundo. Para el padre Arias, la pederastia clerical de la que fueron víctimas los niños zapotecos es semejante a la masacre de Acteal y a la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, porque “se trata vidas rotas, son vidas acabadas de muchos de estos niños que no tendrán futuro. Y que esto haya sido cometido dentro de la iglesia por un presbítero, no tiene nombre”.
“Y entonces —explica el padre Arias— tiene que denunciarse por la misma exigencia del Evangelio y de la enseñanza de la Iglesia, no sólo por iniciativa propia”. Tras conocer las represalias —incluso atentados de muerte— que estaba sufriendo el padre Arias por haber denunciado el encubrimiento del Arzobispo de Oaxaca, José Luis Chávez Botello, la activista y empresaria de Monterrey Cristina Sada decidió producir un documental que investigara y ayudara a entender estos hechos.
El documental se llama Silvestre. Pederastia clerical en Oaxaca y pronto será exhibido en diversos lugares, pero fue comentado por el padre Arias y Sada en una entrevista con el periodista Luis Hernández Navarro, en Rompeviento TV. Ahí, Arias explicó que “el dar a conocer esto en un documental es sacar a los niños de la oscuridad en la que quedan con todo y su sufrimiento. Porque aunque la denuncia estaba hecha y había sido ya divulgada, parecía que la conciencia nacional no volteaba hacia ese sector dañado tan terriblemente. Entonces creo que este documental pretende también llegar a la conciencia nacional para que también tome una postura, tome una actitud ante estos niños indígenas”.
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Por su parte, Sada, comentó las motivaciones que tuvo para producir este video en conjunto con la plataforma Detective de Agencia Bengala. “Me sentí tremendamente identificada con el dolor —en primer lugar— de los niños indígenas, sabiendo hasta por experiencias muy cercanas a mi vida, que la marca de un abuso sexual queda para toda la vida, no sabes en qué se va a convertir, pero ya los dejaste, como dice el padre, marcados. Por otro lado, las segundas víctimas son los sacerdotes que tuvieron el valor de denunciar. Es la primera vez que sacerdotes se atreven a denunciar, en México y en grupo, un acto de pederastia clerical públicamente, porque generalmente, casi el 100 por ciento de las veces aquí en México, son silenciados por sus arzobispos. Y eso es lo que a mí más me indigna de una Iglesia que se cree representante de la divinidad, que para cuidar su prestigio, si es que lo tiene, cometan estas atrocidades de encubrir a los sacerdotes pederastas, como ha sido el caso de Oaxaca”.
Gerardo Silvestre se encuentra preso hoy en día gracias a la iniciativa tomada por los niños que fueron víctimas, sus familiares, los sacerdotes dirigidos por el padre Arias y una fiscalía especializada de Oaxaca conformada exclusivamente por mujeres. Sin embargo, el juez no ha emitido una sentencia hasta la fecha y podría quedar libre en cualquier momento para volver a celebrar misa.