Ya todos lo leímos: el lunes, el presidente Enrique Peña pidió perdón por el error –así lo llamó– que cometió en el caso de la Casa Blanca.
Habló de la irritación popular, del daño provocado a la investidura presidencial, aunque aprovechó para insistir que había actuado conforme a la ley.
Decenas de columnas se han escrito sobre el tema, varias de ellas reconociendo el gesto presidencial.
Confieso que yo no termino de entender a qué se refiere Peña.
¿De qué error habla? Recuerden que dijo que actuó legalmente, así que no podemos suponer que considera un error haber comprado la casa a un contratista de su propio gobierno, a bajo precio y con bajos intereses. Si eso hubiera querido decir, tendría que haber aceptado que no actuó dentro de la ley. Y violar la ley no se resuelve pidiendo perdón.
¿El error fue que se descubrió la existencia de la Casa Blanca? Si es así, es un problema menor. Sólo un “error” de comunicación.
¿El error fue que no nos habían contado que tenía la casa? Puede ser que a eso se refiera, porque formalmente le pertenece a su esposa y no tenía la obligación legal de notificarlo. Pero entonces, habría que esperar que el Presidente crea necesario que se hagan públicas las declaraciones patrimoniales de los funcionarios y de sus familiares. Y eso no ha ocurrido. Sería reconocer un error, pero no hacer nada para enmendarlo.
¿El error fue comprar la casa? Si sostienen que es dinero bien habido y que la operación fue legal, entonces pueden comprarse lo que quieran.
¿Fue error minimizar la denuncia pública y mandar a su esposa a responder, lo que desgastó la figura de la primera dama? Quizá entonces tendría que pedirle perdón a ella.
¿Fue un error poner a un amigo y subordinado a investigar si había cometido un acto de corrupción? Eso se arregla con una nueva investigación, pero independiente. Y tampoco veo que ocurra.
LEE LA COLUMNA ANTERIOR DE DANIEL MORENO: ¿PEÑA APRENDIÓ LA LECCIÓN?
La denuncia pública a partir de la investigación periodística de Aristegui Noticias es muy clara: fue una compra irregular, que permite suponer que hubo un acto de corrupción. Y se le compró a una empresa que le vendía al mismo gobierno, lo que se llama conflicto de interés.
No resto valor a que el Presidente sea capaz de pedir perdón. Pero creo que un presunto acto de corrupción no se resuelve así.
Prefiero insistir que haya esta investigación independiente y no quedarme en agradecer un gesto.
No creo que pida demasiado, pero quizá sea yo el que comete un error y deba pedir perdón.