Hey!, ustedes. ¡Sí!, ustedes. El incendio que abrasó a la guardería ABC ocurrió hace cinco años y ninguno de ustedes está en la cárcel ni ha cumplido su palabra de hacer justicia. Es como si creyeran que la impunidad es una maravilla inagotable.
Tú, por ejemplo, te aprovechaste de la muerte de los 49 niños y les juraste a los padres que, si ganabas la gubernatura, los culpables no se saldrían con la suya. Y mírate ahora: inauguras farmacias, clubes hípicos y restaurantes, pero nada de que honras tus juramentos. Me das tanta pena.
Tú, el Chapito de Obregón, te rehusaste a encarcelar a los cinco dueños de la guardería, y todo porque uno era tu subsecretario de ganadería, otro era el tesorero de tu partido y otra resultó ser tu pariente. Siempre supiste que la guardería operaba de manera irregular, pero estabas más interesado en cuántas toneladas de huevo ibas a exportar. Lo olvidaba: tu familia tiene estancias subrogadas, ¿cierto?
Tú, el que pareces personaje de los Simpson, renovaste el permiso de la guardería, aún con la advertencia del 30 de diciembre de 2006 de que la guardería ABC no cumplía las normas. La libraste, así que ya no te excuses con que firmabas miles de oficios. En estos asuntos hay que tener pantalones y dignidad.
Tú, la del chal, cumpliste el adagio de que a la familia no se le traiciona y tu prima, la otra socia de la guardería, anda ahí, como si nada, dejándose fotografiar para la sección de sociales. Sale tan mona la señora.
Tú, el que tiene el vaso güisquero en la mano, fuiste implacable cuando mandaste a ese amigo tuyo, un abogado que fue secretario de Gobernación, para que bloqueara el fallo de la Suprema Corte, ese que buscaba fincarles responsabilidades penales al señor Flanders, al Chapito de Obregón y al tipo aquél del quijadón. Y todo fue solo para que no hubiera ninguna rendija judicial y te juzgaran por esa guerra que desataste.
Y ya que hablamos de ti, el del quijadón, dale las gracias a ellos —menos a Zaldívar—, porque fueron quienes te perdonaron.
Tú, el del apellido que suena a prángana, ignoraste los avisos y no mandaste a Protección Civil para que clausurara la estancia. No pongas en tu currículum que fuiste alcalde de Hermosillo.
Tú, la licenciada en decoración de interiores, no diste siquiera la cara. Bonita directora de guarderías. Por cierto, ¿cómo te va con tu restaurante en Guanajuato?
Tú, la que suena para gobernadora, mandaste una carta donde haces creer que los dueños de la guardería ABC son más santos que la Virgen de la Asunción.
Tú, el economista, diseñaste el abaratamiento de guarderías en este país. Sabes que le abriste la puerta a la mafia.
Y tú, el del peinado perfecto de raya a lado, les firmaste un compromiso el 19 de julio de 2012 cuando andabas en campaña. Como siempre, mentiste. Síguele mandando tuits al jugador ése que se perderá el mundial; esas son tus preocupaciones.
Si la muerte de 49 niños no los ha sacudido en lo más mínimo, entonces váyanse a soltar balazos por todo el país.
El crimen quiere gente como ustedes, cabrones sin principios ni corazón.
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(ALEJANDRO ALMAZÁN / @alexxxalmazan)