Todos lo tenemos claro: el caso de Rodrigo Vallejo, el hijo del ahora exgobernador de Michoacán, Fausto Vallejo, es un escándalo, porque con un solo video parece demostrarse lo que tantas veces se ha denunciado, es decir, la complicidad de la clase política michoacana con el narco.
Y es peor todavía si tomamos en cuenta que no hablamos de cualquier hijo del gobernador, sino de quien fungía como uno de los principales operadores políticos de su padre.
Ya han preguntado muchos: ¿cuánta información habrá pasado?, ¿cómo habrá incidido en el fracaso de los operativos policiacos?, ¿cuántos muertos son su responsabilidad?
Pero bueno, podemos decir que ya está en la cárcel. ¿Eso nos debe dar tranquilidad?
Yo creo que no. Hoy, a pesar de lo que se ve en el video, estoy convencido que el juicio mediático y en la opinión pública es lo que tiene a Rodrigo en la cárcel.
Y eso también debería preocuparnos.
Obvio, no se trata de defenderlo a él, sino de insistir que la Procuraduría no puede actuar con base en estos juicios mediáticos y menos mantener en la cárcel a quienes no tiene pruebas para inculparlo.
Porque hay que subrayar: la PGR sólo acusa a Vallejo de encubrimiento. Y ese es un delito menor, por el que se puede salir bajo fianza.
¿Por qué retenerlo?
El de Vallejo es el primer caso documentado en esta administración en la que se trata a un presunto delincuente menor así. No hay que olvidarlo. E insisto: lo llamo presunto delincuente menor porque “encubrimiento” es un delito menor. Y mientras no se presenten pruebas de otras cosas y no se le acuse de algo más, no tenemos que plantar ahí.
¿Hizo Vallejo peores cosas? No lo dudo, pero reitero: ¿dónde están las pruebas?
Veámoslo desde otra perspectiva: Vallejo se presentó voluntariamente a declarar, no se amparó y ni siquiera estaba citado formalmente por la PGR. ¿Qué hizo la PGR? Meterlo a una cárcel de mediana seguridad y negarle la libertad bajo fianza, porque se teme que huya. ¿Suena lógico?
Insisto: no se trata de defender a Vallejo, pero sí de subrayar que la crítica debería enfocarse a la PGR, que tuvo un año para investigar y no lo hizo, y que tuvo que ver publicado el video para que empezara a moverse.
Y a moverse mal, porque hasta el momento lo único que tiene en su contra es que se reunió con La Tuta y no lo denunció ante las autoridades.
¿Puede creerse tal nivel de ineficiencia?
Podemos suponer que es otro ejemplo de justicia negociada y que se acordó con su padre tratarlo “suavemente”. Pero eso también es una suposición.
En resumen: no porque sea Vallejo, no por lo que vimos en el video podemos olvidarnos de exigir que se respete el debido proceso. Pidamos que las autoridades hagan su trabajo, que investigue a Vallejo y que se revise por qué pasó un año sin que se moviera una hoja.
Los juicios mediáticos, creo, deberían asustarnos tanto como la ineficiencia de la Procuraduría.
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(DANIEL MORENO)