Siempre he creído que cada voto que recibe el Partido Verde no sólo es un golpe a nuestra democracia o a nuestro sistema de partidos. Creo que es también un fracaso del periodismo.
Porque algo debemos estar haciendo mal.
¿O cómo explicamos que llevamos 20 años publicando notas sobre el PVEM y ellos ahí siguen?
Tengo claro que habría que usar herramientas de la ciencia política para explicar la existencia de este partido. Pero no estaría de más abrir un espacio para reflexionar sobre por qué no hemos logrado quitarle un solo voto al PVEM, a pesar de la interminable cantidad de críticas y denuncias que hemos publicado.
¿Es por el “respaldo de las televisoras”? ¿Es gracias a sus campañas publicitarias, que revierten cualquier crítica? ¿Es el mejor ejemplo de la distancia entre la opinión pública y el ciudadano? ¿Simplemente los lectores no nos creen? ¿La penetración de los medios impresos y digitales no es suficiente? (si quieren conocer más del PVEM, echen ojo a https://www.animalpolitico.com/blogueros-el-dato-checado/2015/01/20/la-ve…)
Basta recordar: Hace 20 años se publicaron en los periódicos las primeras notas que demostraban que el Verde no tenía, ni por asomo, una agenda ecologista. Recuerdo, por ejemplo, entrevistas en las que el “niño verde” confesaba que no sabía lo que era una composta.
Y aún así conservaron el registro, lograron ser la cuarta fuerza electoral y tuvieron a sus primeros diputados.
Le siguieron notas sobre su incapacidad para presentar propuestas sobre agua, contaminación, recursos naturales o cualquier otro tema al que naturalmente debían dedicarse. Se probó que había sido expulsado de toda organización internacional ecologista.
Y nada.
Años después, se difundieron notas que probaban el uso que sus dirigentes le daban a sus siglas para postular representantes de las televisoras, que así lograron su primera bancada en el Congreso. Hubo pruebas de corrupción, de su pobre democracia interna…
Y nada. El PVEM seguía logrando suculentas alianzas con los principales partidos políticos. Es más, logró en Chiapas a su primer gobernador.
Siempre he imaginado a los líderes del Verde riendo por las notas que se publican sobre ellos. Tienen claro que viene otra elección y los partidos volverán a buscarlos para ofrecerles curules al por mayor, a cambio de aparecer juntos en las boletas, sin importarles si hay nuevas denuncias.
Se supone que uno como periodista no debería exigir que sus notas tengan consecuencias. Es decir, que si denuncias una irregularidad, no esperes que se resuelva para que tu trabajo sea “útil”.
La “utilidad” del periodismo, dicen algunos, se reduce a alumbrar, a darle al lector información para que pueda decidir en libertad, para que ejerza sus derechos y su ciudadanía.
Ryszard Kapuscinski, en cambio, decía que “el verdadero periodismo es intencional, a saber: aquel que se fija un objetivo y que intenta provocar algún tipo de cambio”. Y, por tanto, el periodismo se asume como servicio, pero también como guía.
Si esta definición es válida, quizá debemos asumir que hemos fracasado en nuestro intento de decirle al lector qué es, en realidad, el partido Verde.
La salida fácil es decir que los lectores no entienden. Pero sería una respuesta más que incompleta. No eludamos que, además y sobre todo, no nos creen y que no nos leen.
( Daniel moreno)