Hay imágenes que valen más que mil discursos. Una de ellas aparece con este texto: en ella se ve a personal de la CNDH hacer una valla entre granaderos y participantes en la marcha del 1 de diciembre. Para algunos esa escena es un error, incluso una ilegalidad al rebasar las atribuciones de la Comisión. Para mi es una señal de esperanza.
Por eso es tan importante lo que ocurrió el lunes. Porque se manda un mensaje poderoso: la comisión está del lado de los ciudadanos para vigilar que se respeten sus derechos. La foto ilustra la razón de ser de la CNDH.
FOTO: @Jonpardinas /Twitter
Como suele ocurrir en estos casos no ha faltado quien dice que los derechos humanos son para proteger a los delincuentes. Falso. Si las autoridades respetan los derechos ganamos todos. No sólo porque las personas no pierden derechos, sean buenas o malas, sino porque todos – y literalmente todos en México – podemos ser detenidos cualquier día.
En un país como el nuestro con casos probados de tortura, detenciones ilegales, abusos policiacos, jueces corruptos, todos deberíamos preocuparnos por que se respete el Estado de derecho y por contar con comisiones de derechos humanos fuertes, creíbles.
Porque esa es en buena medida la clave de la crisis actual: la falta de confianza en todo y en todos, en el Congreso, en el Presidente, en las procuradurías, en la policía, en los jueces, en el Jefe de Gobierno, en los partidos, en los medios.
En la medida en que recuperemos a las instituciones como la vía para canalizar nuestros enojos y reclamos el país funcionará mejor y los ciudadanos no tendremos que salir a las calles para ser escuchados. Por eso, para los ciudadanos y para los gobernantes es una buena noticia que la CNDH esté dando pasos para recuperar la función que le toca jugar. Ojalá otros también sigan por ese camino.