El puente de San Simón Tolnahuac

Opinión

¿Por qué eres así, Ciudad de México? ¿Por qué tienes las construcciones más impresionantes y llenas de historia en los lugares más inesperados? ¿Por qué están los restos de un puente virreinal en la frontera de las colonias San Simón Tolnáhuac y Peralvillo, frente a un supermercado, sin ninguna placa o leyenda que explique la chulada que se yergue en medio de la banqueta? ¿Por qué nada más están enrejados con malla de gallinero, como si fueran un par de bestias que se van a escapar? ¿No se pensó que esa prisión chafa no protege de grafiteros, banda que se roba pedacitos de piedra, borrachos que se hacen pipí o gente que echa ahí su basura (sin que nadie la recoja después)? Y al mismo tiempo: ¿cómo podría exigírsele a los vecinos y paseantes que cuidaran y procuraran este cachito de historia, cuando las autoridades lo tienen ahí aventado como si fuera cualquier pared de tabicón? ¿Es acaso porque está fuera de las zonas turísticas y de interés cultural mainstream? ¿Qué vas a hacer, alcaldía de Cuauhtémoc, para sacarlo del olvido?

Ay, ¡tantas preguntas! Y nos gustaría que hubiera más respuestas. Lo que sí se sabe es que por aquí pasaba el Camino Real de Tierra Adentro, que empezaba en la Plaza de Santo Domingo (en el hoy Centro Histórico) y seguía hasta Santa Fe, Nuevo México. Era una ruta comercial importantísima en la Nueva España, y algunos de sus tramos son Patrimonio de la Humanidad. Sobra aclarar que este no lo es, porque si los chilangos no lo conocemos, ¿cómo daría la UNESCO con él?

El puente es de finales del siglo XVII, y corresponde a un periodo en el que la Ciudad de México estaba muy dañada por las terribles inundaciones que la aquejaban (¿te suena familiar?). La reparación de lo que hoy conocemos como Calzada Vallejo fue fundamental para que a la capital llegaran provisiones de maíz y otras mercancías que escaseaban por las catástrofes naturales.

Afortunadamente, este tramo de Vallejo es caminable y relativamente amigable para el peatón, así que puedes visitarlo sin miedo y unirte al coro de preguntas sobre este misterioso y bellísimo monumento.