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12 de julio 2024
Por: Gabriel Rodríguez Liceaga

Empachado de gol

El último mes estuve haciendo malabares cotidianos para ver todo el futbol que me fue posible ahora que la Eurocopa y la Copa América se desarrollaron a la par. Calculo haber visto poco más del 50% de los cotejos y no descuidé ninguna de las otras áreas importantes de mi vida. ¡Qué goce! Estoy felizmente empachado de gol.


A pesar de que los partidos europeos se han desarrollado en horarios de oficina, una cosa queda clara: en el futbol no hay organigramas. Alemania 2024 ha sido el torneo de los modestos. Toda selección competía, estaba bien entrenada, formada por auténticos atletas profesionales que se rifaban cada balón.

El portugués Pepe y el croata Modric concluyen sus ciclos de vida futbolística y da la impresión de que serán desterrados de la memoria de la tribu. Esta sensación es doblemente tremenda si consideramos que ambos tuvieron carreras ejemplares.

¿A qué olvido van a dar el titipuchal de futbolistas que no venden playeras worldwide? ¿Quién recordará en diez años al bello croata Vida? ¿A Shakiri, el hombre músculo? ¿Quién recordará a los jugadores noventeros que me enseñaron a amar el futbol?


Este deporte es una perfecta metáfora de cómo todos seremos olvidados en vida. Y sin embargo, me choca esta idea obsesiva de estar esperando a que aparezca el nuevo Messi. En España hay un morrito de 16 años que luce ya apto para hacer campeona a su nación.

A mis 16 años mi única preocupación era que Gokú saliera avante de sus duelos con Vegeta. Sin embargo, a Lamine Yamal ya lo están llamando el futuro del futbol.

Tranquilos, el futuro del futbol es este fin de semana, el futuro del futbol es la jornada 2, seguida de la 3; vámonos un día a la vez. Siento que la prisa por tener nuevos dioses acaba haciendo que Mbappe (también angustiantemente joven) ya luzca como un jugador maduro y medio agotado, hasta con tintes de villanía. Para Mbappe esta Euro fue una nariz rota y una máscara que le impidió potencializarse. Lo mismo te pasó a su edad, de hecho, amigo lector.


Quien diga que la Euro es un mundialito sin Brasil ni Argentina está cometiendo un error estúpido. La Copa América tuvo su propio pulso y fue mucho más disputada desde el candor del esfuerzo, el faul, el clavadazo, la falta ojete. ¡Himnos cantados con los ojos anegados en lágrimas! Doy gracias a dios por haber vivido lo suficiente para ver a Messi ya no hacer la diferencia en una cancha de futbol.

La Concacaf ha crecido mucho. La mala noticia es que los mexicanos estamos en una crisis sin fin. Tienen dos años para inventar a 22 jugadores con personalidad y voluntad rumbo al gol. Estamos jodidos. Lo peor del caso es que la solución al problema la tiene cualquier aficionado que le preguntes en la calle. El que sea.

Y es una solución que a nuestros dirigentes jamás se les ha ocurrido ni en el peor de sus insomnios y pachecas: volver al torneo largo. Que haya descenso y ascenso. Disminuir extranjeros por equipo. Debutar obligatoriamente a un número de jugadores por torneo. Eliminar la multipropiedad. Que chingue a su madre el América. Son sólo ideas sin desarrollar.


Y ya que ando exaltado quiero hacer un par de propuestas para pavimentar el futuro del futbol mundial y que no nos supere cualquier videojuego de balazos o un deporte preponderantemente gringo retacado de comerciales publicitarios:

  1. Que el empate a ceros no sume puntos para ninguno de los dos equipos.
  2. En vez de que el tiempo añadido al final de cada tiempo lo calcule un árbitro con su relojito en la muñeca, que lo determine una inteligencia artificial que realiza en segundos una suma de lo que es matemática y deportivamente justo añadir, basado en tiempo perdido y demás cuestiones propias de un sano juego de fut.
  3. Que vuelva el Gol de Oro en tiempos extra. Que vuelva el épico Gol Gana.
  4. Que en el VAR incluyan el criterio de un ex jugador de futbol.
  5. Versiones económicas de las playeras de futbol. Incluso diseños exclusivos de bajo costo.
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