No, presidente, no hay un complot en su contra. No sé quién se lo haya contado o quién le administre la información. Tal vez fue la distancia y desde China o Australia sólo alcanzó a distinguir algunos actos violentos. Pero no se equivoque. Lo que está pasando en México es mucho más complejo e importante que una mera conspiración.
También sé que hay otros – en especial los maestros de Guerrero, Oaxaca o Michoacán – que se han envuelto en la bandera de Ayotzinapa para echar atrás reformas, como la educativa.
Y sí, como todos lo sabemos, hay grupos partidarios de la violencia que pueden dañar al país. Pero reducir lo que ha ocurrido en las últimas semanas a un gran complot en su contra es una peligrosísima confusión.
Porque en medio, junto o por encima de todas las expresiones anteriores hay un malestar de miles de ciudadanos que han salido a las calles y a las redes sociales para expresar su enojo. Poner a todos los inconformes en el mismo saco es un grave error.
Es cierto que todo esto empezó por Ayotzinapa. Pero ya es algo mucho mayor y no basta con que nos diga que hay una gran investigación. Ayotzinapa fue el origen, pero también fue el detonante que hizo que miles se decidieran a expresar su cansancio.
Se trata de miles de mexicanos cansados de que existan policías que trabajen para los narcos, que alcaldes sean parte de la estructura criminal y que no exista un Estado capaz de impedir su acción.
Cansados de que los ministros de la Corte se aumenten el sueldo, que los diputados aprueben partidas para cobrar mordidas, que gobernadores como el de Chihuahua se vuelvan socios de bancos, o que diputados sean descubiertos en plena corrupción.
Cansados de percibir que las familias de los políticos reciban “beneficios “de los proveedores del gobierno – como casas –, y que se nieguen a dar las explicaciones necesarias.
No presidente, no hay un complot de los ciudadanos, ni tampoco de los analistas que han pedido acciones urgentes para recuperar la confianza en las instituciones del país.
Lo que hay es un gran cansancio de cómo estamos viviendo hoy en México.
Usted está todavía a tiempo de entender todo lo que está en juego. Ojalá no se equivoque, por usted, por el país, por todos.
(Mario Campos / @mariocampos)