En la evolución de nuestra concepción estereotipada sobre femenino y masculino, particularmente las mujeres nos resistimos a encajar en ellas
Por Patricia Soto Claussen
En los últimos años, el panorama de la moda ha experimentado una transformación significativa, impulsada en gran medida por mujeres que desafían y redefinen las normas sartoriales tradicionales. Este movimiento, arraigado en el deseo de autenticidad y autoexpresión, está desmantelando los estereotipos binarios sobre cómo se ve vestirse de forma femenina.
Cada vez más las mujeres usan trajes, chalecos, blazers oversize y otras prendas históricamente asociadas con hombres. Este cambio no sólo desafía la noción de que cierta ropa es inherentemente “masculina” o “femenina”, sino que también empodera a las mujeres a expresar sus identidades de maneras que se sienten más auténticas para ellas. Como Bianca Jagger usando “le smoking” de Yves Saint Laurent.
La combinación de estilos masculinos y femeninos, la aceptación de looks atrevidos y poco convencionales, y el énfasis en la expresión personal sobre las expectativas sociales son todos distintivos de esta emocionante tendencia.
Otra tendencia significativa en la moda femenina es la priorización de la comodidad y la funcionalidad sobre el atractivo estético. Durante demasiado tiempo, las mujeres han soportado incomodidades en nombre de la moda, sufriendo en ropa ajustada y soportando el dolor de los tacones altos. La mujer moderna, sin embargo, ya no está dispuesta a sacrificar la comodidad por el estilo.
Un ejemplo es Lena Dunham -creadora de la serie Girls- quien, tanto en su personaje como en la vida real, rompe estereotipos estéticos de talla, altura, peso y, muchas veces, de estilo. Con ello, enfatiza la liberación que viene con vestirse para una misma y no para la perspectiva masculina, que prioriza ser complaciente con lo que se considera femenino, sexy y atractivo, y se considera que apela a la atención de ellos.
Para inspirarte, busca imágenes de Kristen Stewart, Zendaya y Billie Eilish en el lado juvenil. O de Diane Keaton, Tilda Swinton, Muccia Prada y la diseñadora mexicana Carla Fernández en el lado maduro. Estas personas muestran cómo las normas de género tradicionales a menudo se subvierten y reimaginan.
Al hacerlo, están inspirando a innumerables mujeres a abrazar su individualidad y sentirse seguras en su propia piel. Y muestran a los hombres que -al igual que muchos de ellos- nos vestimos para nosotras mismas, como autoexpresión y comodidad.
El rechazo a las ideas estereotipadas sobre la vestimenta es un testimonio de la evolución de la moda femenina. A medida que las mujeres continúan desafiando y redefiniendo las normas tradicionales, están allanando el camino para una expresión de estilo más inclusiva, diversa y auténtica.
Ya sea a través del rechazo a los binarios de género, la priorización de la comodidad, la celebración de la individualidad o la influencia de subculturas vibrantes como la moda lésbica, las mujeres están liderando la carga en la transformación de la industria de la moda.
Este movimiento no sólo empodera a las mujeres a vestirse para sí mismas, sino que también fomenta una sociedad más inclusiva y aceptante donde todos son libres de expresar su verdadero yo a través de la moda.
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