El tiempo es una magnitud física con la que medimos la duración o separación de acontecimientos. Dicen que con él no se juega…
El tiempo permite ordenar los sucesos en secuencias, estableciendo un pasado, un presente y un futuro, así como un tercer conjunto de eventos que no son ni pasados ni futuros respecto al otro.
Dicen que con el tiempo no se juega. Que el tiempo vale oro. Que siempre hay que respetar el tiempo de los demás y, sobre todo, que el tiempo lo cura todo, y por el bien de muchos países europeos, esperemos que así sea.
Y es que, en las últimas semanas, millones de europeos están llegando tarde al trabajo, al aeropuerto y prácticamente a cualquier compromiso que tienen.
Sí, ¡los europeos llevan dos meses viviendo con un retraso de seis minutos!
¿La razón? El conflicto político entre Serbia y Kosovo.
De acuerdo con la Red Europea de Gestores de Redes de Transporte de Electricidad, desde mediados de enero se venía detectando una desviación en la frecuencia media de los 50 hercios imperante en el sistema al que están conectados de forma sincronizada más de 25 países de la Europa continental.
Esta desviación ha causado una pérdida acumulada de energía de 113 gigavatios, lo que ha causado que todos los relojes vinculados a una frecuencia eléctrica, como pudieran ser despertadores, microondas, aparatos de radio o incluso hasta los temporizadores, hayan acumulado un retraso de seis minutos, y es que estos relojes suelen retrasarse cuando baja la frecuencia eléctrica, así como también pudieran adelantarse cuando es más alta de lo normal.
El origen del problema estaba en la zona de control correspondiente a Serbia y Kosovo, que en el 2008 declaró de forma unilateral su independencia, la cual Belgrado sigue sin reconocer.
El detalle es que Kosovo no estaba poniendo suficiente energía en el sistema para cubrir su demanda; es decir, que Kosovo ha gastado más energía de la que produce, así que cashi sin querer, se colgó de la energía de sus países vecinos, como Serbia y Montenegro, sin avisarle a nadie, provocando esta fuga que generó un desequilibrio en el abastecimiento de energía de más de 25 países, lo cual se reflejó en que los relojes que se conectan a la corriente eléctrica se atrasaron 5.46 minutos, algo quizá insignificante para los mexicanos, pero suficientemente grave como para que la Red Europea alertara a todos los ciudadanos del continente.
Eso sí, vale la pena aclarar, este retraso solo afectó a Europa. No vayan a llegar hoy con su jefe a echarle la culpa a los kosovitas de su retraso, pues claramente los cacharán en la mentira.