Familia Mueganón: Las vacaciones, por @zolliker

Somos una familia muégano, la verdad. A todos lados nos gusta ir juntos. Pero no crean que somos como esas otras familias que van hasta revueltos, ¿eh? Nosotros somos una familia mexicana como cualquier otra. O casi.

Las vacaciones son nuestro mejor momento. Compartimos juntos desde hacer la maleta, hasta el hacer los lonches que nos comeremos en la carretera. Pero nosotros no somos como esos que se llevan su torta de  huevo con chorizo, ¿eh? Somos más refinados. Es que luego hay cada gente…

De camino, por ejemplo, nos topamos con una familia que se bajó a hacer del baño a media carretera, y ¡no traían papel! ¿Qué tipo de planeación es esa? De pura suerte, yo soy muy prevenido y como traigo varios rollos en la parte de atrás del vehículo, les pudimos regalar unos trozos de papel higiénico.

Y como esos, otros muchos, ¿eh? Luego van sin cinturones de seguridad y tirando basura por las ventanillas para no irla acumulando en el interior. Nosotros no hacemos eso. A menos que sea basura “orgánica”. Entonces sí les digo a mis chavos que lo avienten a la orilla del camino, porque tarde o temprano servirá de abono, ¿O no?

Y hablando de comida, luego hay cada guarrada, como esos que hacen hasta  tortillas en las habitaciones, ¡no manchen! Digo, yo sí me traigo una pequeña estufita eléctrica, la mera verdad, pero es para calentar cosas que compramos en el super más cercano, porque así ahorramos unos buenos pesos, pero son cosas ligeras, que casi no dejan olor.

Y es que sí que hay que ahorrar en estos tiempos en que los hoteles se pasan de lanza con sus precios. Por eso, compramos nosotros pan blanco, mayonesa y jamón y nos echamos unos sandwichitos cuando nos da hambre, o llevamos a la alberca —muy discretamente— cacahuatitos y botanitas. Pero no crean que somos como esos que se llevan hasta el coptel de camarones en una hielera con sus chelas. No, eso sí que no. Nada de andar haciendo osos con la tomadera, ¿qué les estaría enseñando a mis niños?  Nosotros, a lo más que llegamos, es a irnos todos a las presentaciones de tiempos compartidos para aprovechar los desayunos gratis. ¿Quién no lo ha hecho nunca? Total, no es grave aventarse algunas horas dizque poniendo atención a lo que te dicen. Solo se necesita poner cara seria y asentir de vez en cuando. Lo he hecho desde la escuela y practico con mi vieja todos los días… jejejeje.

Ya fuera de guasa, hay que ponerse las pilas. Acabo de venir a comprar mi traje de baño en una farmacia, porque no soy de esos que se meten a la alberca en chones, no manchen.  Sírvales el tip ahorrativo: en las farmacias de pueblo es donde más baratos los venden. ¿Codo? ¡No! ¡Lo que pasa es que no alcanzan mis ahorros para salir de viaje todos el tiempo todos los años! Y eso que, para poder salir, dejé de comprar las llantas nuevas que tanto necesita el carro. ¿Que no arriesgue a mi familia? Híjole, pues ando despacio, de verdad.  Pero es que díganme, ¿qué otras opciones tenemos los que no queremos gastar tanto dinero?… Pues sí, quedarnos a disfrutar la ciudad y sus actividades serían un opción buena, es cierto.  Sí, también es cierto que hay muchos museos gratuitos que no conocemos. Y ferias artesanales. Y de comidas. Y actividades hasta en el mismísimo zócalo. Sí, también es cierto que gastaría muchísimo menos. Ya, se los acepto sin reclamos. Pero si nos quedamos en la ciudad, ¿qué les presumiríamos a nuestros conocidos?  La imagen es importante. ¿O no? Bueno, ya los dejo que tengo que pagar.

—¿Encontró todo lo que buscaba?

—No señorita, me hace falta un desodorante.

—¿De los de bolitas?

—¡Epale! ¡¿Qué pasó?! Pa’ eso existe el talco.

****************

SÍGUEME EN @zolliker

 (J. S. ZOLLIKER)