Si son dos gays, ni madres. Si son amigo y amiga, ni madres. Si es uno solito que quiso, ni madres. Aquí o es niño y niña, casándose y procreando, o no jugamos.
¿No les da un poco de flojera volver a la misma discusión? ¿Natura, anti natura? ¿Que si se juntan estas colitas sí, si se juntan aquéllas no? ¿De veras siguen en el sueño húmedo de pretender establecer las únicas formas correctas de convivir?
En fin. Comprendo. Es difícil eso de la diferencia. De aguantarla, pues. O de reconocerla. Porque cuando miras la diferencia de frente, ésta termina evidenciando la fragilidad de las propias convicciones. O las pone en su justa dimensión. Y eso no gusta. No no no no no. Nada de relativizar ni de escudarte en plurales. La verdad es una.
Viene a cuento todo este choro porque en el Senado de la República se creó una Comisión para la Familia y el Desarrollo Humano. Nada especial hay en ello. Seríamos muy ciegos, o necios, si negamos la importancia de las familias para el desarrollo social, el tejido orgánico y comunitario, etc etc etc. Lo que ha llamado la atención en la instalación de esta Comisión (que, por cierto, cuenta con buenos recursos públicos para su funcionamiento) es la unidimensionalidad de su expresión.
El senador José María Martínez Martínez, del PAN, quien la preside, habló, durante la instauración de la misma, de la necesidad de defender a LA familia, de revertir la “moda” de LAS familias, de proteger la vida desde la concepción, y otros lugares comunes de la agenda conservadora. En entrevistas posteriores (y en su cuenta de Twitter), el Senador se ha manifestado opuesto a que los homosexuales adopten, y bla bla bla. Nada nuevo bajo el sol, pero ahora con recursos públicos adicionales.
Lo que piense y en lo que crea el senador Martínez, es bronca de él. Además, me queda claro que refleja la cosmovisión de muchos. Porque si los prejuicios o la estrechez de miras fuesen propias sólo de un senador, salvada la Patria. Pero no, hay una amplia base que resuena con estas formas de ver la vida.
Lo que preocupa es lo que se percibe como una andanada conservadora a favor de la penalización del aborto, la eliminación del matrimonio entre personas del mismo sexo, etc. Y preocupa también que los demás senadores (del PRI, PRD, etc.), que forman parte de la susodicha Comisión, no hayan salido a deslindarse. Claro, será que conviene dejar que se chamusque el PAN. Una más, qué más da.
Por lo pronto, y mientras tanto, toca volver a defender el plural. LAS familias, LAS formas de convivencia, LAS opciones de paternidad, LAS verdades.
Sí, Senador, LOS Méxicos.
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