“Gabo periodista”, por @drabasa

“Mi primera y única vocación es el periodismo. Nunca empecé siendo periodista por casualidad –como muchas gentes– o por necesidad, o por azar, empecé siendo periodista, porque lo que quería era ser periodista”.

Gabriel García Márquez en “El empleo de ser famoso”, El Universal de Cartagena de Indias, 1976.

En una entrevista poco después de haber recibido el premio Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez dijo que debía al menos la mitad del galardón a lo que el periodismo le había enseñado. En este género el colombiano ha dejado una impronta igual de importante que aquella que su ficción dejó impresa en la historia de la literatura. Esta dimensión de su obra, junto con otra de las grandes causas de su vida –la educación– dio pie a la que hoy en día es la escuela de mayor prestigio para cronistas y periodistas en nuestro idioma: la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI).

En 2012, para celebrar el trigésimo aniversario del premio Nobel, la Fundación publicó el libro Gabo. Periodista en el que se recogen columnas, crónicas, artículos y entrevistas que nos permiten entender cuán en serio hablaba el colombiano cuando decía “Soy un periodista, fundamentalmente. Toda la vida he sido un periodista. Mis libros son libros de periodista aunque se vea poco”. El índice de este estupendo libro está estructurado alrededor de la selección que varios colegas y compañeros de la FNPI (Juan Villoro, Martín Caparrós, Alma Guillermoprieto o Antonio Muñoz Molina, por mencionar sólo algunos) realizaron entre su vasta obra periodística. En uno de las crónicas elegidas por Juan Villoro, “No era una vaca cualquiera”, nos sumergimos en el relato del extraño avistamiento de una vaca en pleno centro de Barranquilla un martes cualquiera.

Esta simple anécdota es suficiente para apreciar la imaginación y la capacidad que tenía García Márquez para encontrar, en los detalles más cotidianos, las muestras más extraordinarias y singulares de vida. Podríamos hacer un recorrido por cada uno de los textos y encontraríamos en todos una virtud asombrosa que refleja la manera tan singular que tenía Gabriel García Márquez para aproximarse a la realidad. Una mirada que ha dejado una honda y profunda huella en la manera en la que los jóvenes periodistas latinoamericanos luchan contra el absurdo, se defienden contra el atropello, campean la violencia institucional y del crimen organizado, para seguir, de manera heroica y en condiciones sumamente adversas, denunciando, exhibiendo y retratando una realidad que, permítaseme el lugar común, excede en muchos sentidos las distendidas ficciones del realismo mágico que tanta fama y fortuna le trajeron al periodista colombiano.

*****************

SÍGUEME EN @drabasa

(DIEGO RABASA / @drabasa)