Se lo tenía ganado por vestirse así.
¿O no?
Es una mujer atractiva, sin duda. Llama la atención. Así como para voltear a verla. Pero también es una inconsciente. Eso de salir a la calle –en esta chilanga ciudad nuestra de libertades y de avanzada– vestida con una falda cortita, ¡jo’er! Ganas de provocar. Y sí, ahí está ese hombre de libido encendida que corre detrás de ella. La alcanza, le levanta la falda, le baja los calzones. Porque sí. Porque ella se vistió así. Porque ella anda caminando así por las calles. Porque es una provocadora. Porque no entiende que los hombres pssssssss son los hombres. ¡Jo’er! Mira la faldita. Y ahora resulta que hay una grabación y que las cámaras de seguridad y esas estupideces. Todo es culpa de la provocadora. Seguro lo hizo a propósito, con esas cámaras de testigo. Pa’ joder al pobre alborotado de su libido. Pinches viejas.
Y así.
Son las 14:23 horas del 8 de marzo de 2016. Día Internacional de la Mujer. #FelizDíaDeLaMujer. Andrea Noel, periodista avecindada en México, camina por calles de la colonia Condesa. En las cámaras de seguridad de un edificio de la zona se ve a un hombre que corre tras ella, con los brazos extendidos justo a la altura para subirle la falda y bajarle los calzones. Son las 14:23 horas del 8 de marzo de 2016. Día Internacional de la Mujer. #FelizDíaDeLaMujer.
Se lo tenía ganado por vestirse así.
¿O no?
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Twitter arde. En su cuenta, @metabolizedjunk, Andrea Noel sube el video de las cámaras de seguridad y pide la colaboración para identificar al tipo que le hizo lo que le hizo. Luego vendrán las denuncias formales, las entrevistas en los medios, el apoyo a una persona ultrajada. Sí, pero antes de ese luego solidario llegan las agresiones en redes: te lo merces por puta, yo te haría cosas peores o más sabrosas, no niegues que te encantaría que… En resumen, deja de estar jodiendo, pinche vieja, que ahí andas de provocadora.
El de Andrea Noel es sólo un caso entre muchos. En estudios sobre la violencia contra las mujeres, la mayoría resalta que en las calles y en el transporte público hay una indefensión adicional. U otra fragilidad. [Claro que nuestras autoridades tratan de resolver esto encapsulando a las mujeres en vagones rosas y taxis women only, pero bueno.]
Así las cosas.
Yo sigo pensando que las Andreas Noeles (las que denuncian y las que no) son una expresión de nuestro absoluto fracaso cívico y moral. Y no me refiero sólo al “pobre hombre de libido encendida”, sino a los cientos de comentarios en redes sociales, en la calle, en foros. Es 2016, es esta chilanga ciudad nuestra de libertades y de vanguardia. Es la ciudad en la que te bajo los calzones. Porque sí.
Al fin, ella se lo tenía ganado. Por vestirse así.
¿O no?