Le llaman drone. Es un avión sin piloto. Es pequeño y cuesta 20 millones de dólares más el equipo con el que opera: cámaras de alta definición y sensores de calor para detectar grupos de personas y armas en zonas serranas y desiertos. Antes de que Calderón y Bush pactaran la guerra contra el narco no existía ni uno de ellos en México. Ahora la Sedena y la Policía Federal poseen 10. Hace 5 años que la DEA sobrevuela los suyos en cielo mexicano.
Tras la captura del Chapo, México decidió jugar a las vencidas con Estados Unidos. El gobierno de Peña se desdijo de lo que dijo al principio y dijo que lo atrapó sin su ayuda. El gobierno de Obama sostiene que intervinieron la DEA y los Marshalls.
La historia de estos aviones es clave para desenredar un laberinto declarativo.
Los drones han sido utilizados en las guerras de Iraq y Afganistán y en la caída de Osama Bin Laden. ¿Como aceptó México el ingreso de aviones de la DEA?
El embajador Arturo Sarukhan, embajador ante EU en la era Calderón, me dijo en octubre de 2012 que fue a petición específica del gobierno mexicano. “El gobierno de Calderón pidió, diseñó y coordinó la política de uso de los aviones americanos”, explicó el diplomático. Por tanto, dijo, el sobrevuelo de las aeronaves no representó una violación a la soberanía nacional.
En 2009 comenzaron a sobrevolar cielo mexicano 5 drones de la DEA. Más tarde, encantado con lo que podían hacer los aviones, el gobierno de Calderón compró 10 drones. La DEA, siempre desconfiada, continuó volando los suyos en el norte de México.
Los aviones eran monitoreados desde bases norteamericanas y mexicanas en donde operaba un centro de fusión con militares de ambos países.
En diciembre de 2010 fracasó una operación conjunta para detener a Arturo Beltrán con inteligencia de los drones de la DEA. Un comando del Ejército de México recibió la información y Beltrán escapó. John Feeley, número 2 de la embajada de EU en México, recuerda que ése episodio llevó a un “honestamente brutal intercambio” con las instituciones mexicanas.
¿Cuál es la posición de Peña Nieto sobre los drones de la DEA?
En el otoño de 2012 el presidente electo declaró: “futuras incursiones de los aviones no tripulados serán controladas por México, con asistencia y tecnología provista por Estados Unidos”.
Tras la captura del Chapo, el secretario de Gobernación contradijo al procurador Murillo: “ni una sola persona, ni de la DEA, ni de otra institución americana, participó en el operativo, aunque sí hubo apoyo de tecnología de Estados Unidos”.
El gobierno peñista no acreditó la localización del Chapo a sus 10 drones ni a los instrumentos de espionaje que obtuvo desde 2008 con la Iniciativa Mérida, que permitió al Estado mexicano hacerse de armas, equipo militar y tecnología proveniente de Estados Unidos, además –cosa importantísima– de acceder a proveedores para comprar armas y equipo a través del gobierno norteamericano.
Si los drones y los aparatos de escucha operados por el gobierno de Peña no localizaron al Chapo, ¿entonces qué es y a quién pertenece la tecnología de Estados Unidos a la que se refirió el secretario de Gobernación?
Un drone de la DEA rastreó células del Cártel de Sinaloa –no sabían si se trataba de gente del Chapo o del Mayo Zambada– en la sierra de Sinaloa. Detectó movimientos de grupos con armas y comenzó a seguirlos. Después, ya en Mazatlán, en coordinación con la Marina de México, un equipo de escucha del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas localizó llamadas entre el capo perseguido, que resultó ser Guzmán, y sus hombres.
Bajo las reglas anunciadas por Peña Nieto, la incursión del avión de la DEA fue autorizada y controlada por el gobierno mexicano.
Pero eso no excluye a la DEA del operativo. La información inicial sobre la ubicación de los capos y la tecnología vital la puso –las ha puesto hace 6 años– Estados Unidos. La poderosa agencia antinarcóticos.
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