Como muro de Berlín informativo, las VPNs se han convertido en el nuevo dolor de cabeza de las empresas de entretenimiento a nivel mundial.
Desde las amenazas de cartel hasta los bloqueos o redadas. La historia es intensa. Shawn Rider perdió todo pero surgieron otros procedimientos peer to peer. El mp3 tuvo que encontrar en iTunes el camino fácil para evitar que la descarga ilegal se intensificara.
Lo mismo con películas y Limewire. Sistemas como Netflix, en su primera etapa ayudaron a parar la ilegalidad virtual.
Pero surgieron los torrents y los sitios donde, con facilidad, se pueden ver películas y series de forma inmediata.
Eso generó que el streaming se expandiera de forma exponencial en el mundo, con Netflix como principal protagonista.
Hoy en día, tanto Netflix, Hulu y Amazon se perfilan como los más populares y exitosos sistemas de streaming de video, mientras que Spotify y Deezer hacen lo mismo en audio. Por supuesto, existen opciones como Claro o Veo o Cinepolis Click que tratan de enfrentar a los gigantes que son ya líderes en recordación y catálogo.
Gigantes que quieren controlar hasta su repertorio.
Una de las recurrentes quejas de los usuarios de Netflix es la diferencia de catálogos en las distintas regiones del mundo donde existe el servicio. No se encuentran las mismas películas en Estados Unidos que en Inglaterra o en México cuando, en realidad, debiera ser al revés: la democracia de la red da para eso y más.
Pero el problema no es solo de Netflix. Amazon no tiene servicio en México como tampoco lo da Hulu. Las canciones de iTunes en su tienda no son las mismas en ninguna parte del mundo y el Apple TV tiene restricciones para HBO GO y otras aplicaciones que corren con facilidad en la Unión Americana.
De ahí que usuarios hayan encontrado en redes virtuales privadas como Unblock.us o en Hola.org las salidas para abrir y universalizar sus cuentas. Salidas que no le cayeron bien a algunos que, desde inicio del año, han intentado tirar y bloquear dichas cuentas.
Netflix ha negado estar detrás de esa maniobra. Lo cierto es que si se bloquean las cuentas, esos usuarios terminarán por regresar a los torrents que, con o sin la intervenida Pírate Bay, siguen como una forma rápida de ver lo último en cine y televisión.
¿Para que crean muros si, al final, caerán?