Idea millonaria: embotellar agua de la llave y vender cada botella como agua cruda en 80 pesos o cuatro dólares. Suena idiota, ¿cierto?
Al parecer, los ricos también lloran, son idiotas y esta es la nueva moda que se ha apoderado de Silicon Valley, en donde, según reporta el New York Times, la gente está dispuesta a pagar hasta 37 dólares por un galón de agua salida de la llave, con la garantía de que lo que están bebiendo es líquido sin esterilizar, sin filtrar ni haber sido sometido a ningún otro tipo de tratamiento.
¿La lógica? De acuerdo con los impulsores de esta “industria”, beber agua cruda evitará que nuestra salud pueda sufrir daños por los químicos o sustancias que habitualmente se usan para purificar el líquido, y a este punto, resulta imposible no pensar en todos esos gringos que, tan pronto ponen un pie en México, no toman agua ni hielos por temor a que les caiga “la venganza de Moctezuma”.
La iniciativa no podía ser apoyada por nadie más que por Doug Evans, creador de Juicero, la startup que pretendía vender exprimidores de jugo con wifi en 700 dólares y que fracasó estrepitosamente, cerrando sus operaciones en septiembre del 2017, pero que ahora busca impulsar el negocio del agua cruda en el que empresas como Zero Mass Water han logrado recaudar más de 20 millones de dólares, para vender un filtro que recolecta el agua de lluvia (o sea, una cubeta) por nada más y nada menos que 4,500 dólares.
Otra compañía llamada Live Spring Water ofrece seis garrafones de agua cruda —o lo que ellos llaman “medicina ancestral”— por 96 dólares al mes, y seamos honestos: consumir el agua de la llave es algo que todos hemos hecho en nuestra vida. No solo es lo más práctico, sino también algo amigable con el planeta, ¡pero no a cambio de varios dólares!
Por si fuera poco, no podemos obviar que, antes de tomarla, es preferible hervirla, o purificarla con carbón u otros métodos. Y es que aunque sea el 2018 y tengamos teléfonos, casas y coches inteligentes, parece que los menos inteligentes somos nosotros, que hemos olvidado que precisamente beber agua sin tratar ha causado la muerte de miles de personas a lo largo de la historia.
De hecho, la Organización Mundial de la Salud afirma que más de 800 mil personas mueren cada año por causas relacionadas con la insalubridad del agua, por lo que si a esas vamos, creo que somos muchos los que preferimos las aguas locas, para después tener una buena cruda.