No me malinterpreten. Esta no es una columna fresa; tampoco es un paseo lobuki. Este es un texto celebratorio de la ciudad.
Me explico: desde hace 15 años, la casa Louis Vuitton edita unas guías de viaje que son esperadas no sólo por los clientes habituales de la marca, sino también por los viajeros en general. Son guías muy bien hechas, con recomendaciones buenas, no sólo a todo lo alto de la gama del lujo, sino también a ras de suelo, hechas de la mano de los conocedores.
Este año, Louis Vuitton decidió incluir a la ciudad de México entre sus destinos. Compartimos cartel con Beijing, Ciudad del Cabo, San Pablo y Seúl entre otras capitales. Se trata de un reconocimiento importante a la vitalidad de esta ciudad, a su evidente amplitud cultural, culinaria y reventona. Creo que ya se habían tardado.
La guía fue elaborada por un grupo de expertos locales, gente que conoce bien la ciudad, aunque las instrucciones de elaboración eran tan detalladas, que muchos de nosotros muchos tuvieron que revisar e incluso redescubrir partes de esta metrópolis interminable. No crea el lector, por lo demás, que sólo se hablan de lugares caros. En materia de gastronomía, hoteles, tiendas de diseño de muebles y de ropa hay también un énfasis en lo local y emergente, en lo pequeño o, de plano, en lo callejero.
Aunque los autores (entre los que me incluyo) de la guía no se pusieron de acuerdo (pues en realidad nunca se vieron la cara para su elaboración) la narrativa dominante de la guía es que esta ciudad es increíblemente cosmopolita, interesante y fundamentalmente mestiza. Nada que ver con la imagen de sombrero charro, palmera y tequila que otras guías ofrecen de la ciudad de México.
Acá se pide evitar la Zona Rosa, la mayor trampa para el turista, pero se recomienda ir al Spartacus, la meca travesti de Ciudad Neza; se pasa elegantemente de largo por las tiendas de marca de Avenida Masaryk, pero se hace énfasis las tiendas especializadas en bicicletas; conviven por igual el Museo de Antropología y los espacios de experimentación artística y urbana como Liga, en la Roma, o Casa Vecina, en el centro.
Creo que esta guía, que se presenta la semana que entra y sólo circula en inglés y francés, será la primera que proyecte la renovada imagen internacional de la ciudad en el siglo XXI. Enhorabuena.
Chicos de la Secretaría de Turismo del DF, perdidos en tantas boberías, tomen nota.
(GUILLERMO OSORNO/ @guillermosorno)