“La jungla de la desesperanza”, por @drabasa

“Calumnias, imperio de la ilegalidad, miseria y desesperanza conforman el caldo de cultivo de ese inaceptable episodio”, dice Julia Carabias, una de las biólogas y activistas ambientales más importantes no sólo en nuestro país sino en el mundo entero, en su más reciente columna en el periódico Reforma. ¿Cuál es ese inaceptable episodio del que habla? El secuestro que sufrió en la Estación Chajul en la reserva de Montes Azules en el corazón de la selva chiapaneca.

 Las selvas de la región circundante a la estación en la que trabaja Carabias constituyen el terreno de mayor biodiversidad en el país.

Los lacandones, poseedores de la mayor parte de la tierra de Montes Azules, han trabajado durante años con Natura Mexicana, una asociación civil que desde el 2005 trabaja en la conservación de la selva. Encontrar mecanismos que le permitan a las comunidades que ancestralmente han sido dueñas de esas tierras tener una vida digna mientras se conserva el patrimonio ambiental no es una tarea fácil.

Cruzando el río, del otro lado de donde se encuentra la Estación Chajul se localiza el hotel Canto la Selva: un proyecto de ecoturismo sustentable que le permite a cientos de familias dueñas de un ejido obtener recursos justos y suficientes sin tener que talar la selva. Estuve ahí hace un par de semanas. Una monumental Ceiba de una belleza inaudita se levanta por encima de las pequeñas cabañas que funcionan con energía solar. Los anfitriones son también los dueños de la tierra y han construido un centro turístico que convive en perfecta armonía con el medio ambiente. Proyectos de este tipo han probado ser una alternativa que reduce la reforestación, incrementa la educación ambiental de los dueños de la tierra, conserva la biodiversidad y aumenta los ingresos de un gran número de familias.

Ante una actividad tan noble, que se opone a la rapaz depredación de la selva y sus ecosistemas, ¿Quién podría oponerse? ¿Quién carajos podría atentar contra una figura como la de Carabias cuya buena imagen y compromiso social, ambiental y científico son prácticamente intachables? “Un hecho ineludible es que la miseria y las desigualdades en la región han marginado del bienestar a decenas de miles de jóvenes que no tienen acceso a la tierra, ni a empleos dignos. Su único horizonte es la desesperanza y son carne de cañón de quienes persiguen intereses ilegales”, dice Carabias no sólo con un doloroso diagnóstico social sino abriendo al abanico de los posibles cómplices de aquellas personas que tienen intereses (económicos por supuesto) adversos a la conservación ambiental.

El Índice Internacional de Estado de Derecho (Rule of Law) del organismo World Justice Project muestra los desoladores índices de justicia que imperan en nuestro país.

México se ubicó en el lugar 63 de 66 en eficiencia de la justicia criminal, 64 de 66 en derechos de los acusados (lo que deja a chivos expiatorios o grupos débiles o minoritarios ante el total desamparo de la inmensa corrupción judicial) y el 51 de 66 en el encausamiento de policías corruptos.

La justicia, o mejor dicho la ausencia de la misma, es quizá el lastre máximo del México de hoy.

Los esfuerzos colmados de valentía y arrojo de grupos como el comandado por Carabias tienen que valerse de recursos propios para salvaguardar su seguridad y en este caso la de uno de los santuarios naturales más imponentes que hay en el mundo: la Selva Lacandona.

*************************

SÍGUEME EN @drabasa

( DIEGO RABASA / @drabasa)