En la carrera armamentista del narco mexicano, la novedad de 2013 fue una pistola escuadra calibre 50, a la que se le apoda “El Águila del Desierto”. Se trata de un arma que comenzaron a usar sobre todo Los Caballeros Templarios, desde que se llamaban La Familia Michoacana.
Vi un “Águila del Desierto” que se exhibe en un Museo de la Narcocultura ubicado en las oficinas de la Secretaría de la Defensa Nacional. Tiene un cargador cilíndrico de 50 tiros y un silenciador de AR-15 adaptado. “Pero en estos calibres no se puede silenciar mucho. Siempre es fulminante y muy ruidosa al momento de dar el disparo. Una cosa como ésta te parte en dos”, me describió con voz pausada el especialista en armas que me acompañó durante un recorrido por el lugar. El hombre explicaba además que Águila del Desierto es una creación de Israel Military Industries, aunque recientemente, la titularidad cambió a Magnum Incorporate, una compañía americana.
Esta Águila del Desierto es una belleza -dijo con auténtica admiración- desde mi punto de vista no es controlable para que la traigas para una defensa, porque el culatazo es gigantesco, te rebasa. Das el primer disparo y olvídate ya de los demás. A mí hace mucho me vendieron una de esas y la ingresé a mi colección, pero de repente un amigo coleccionista me dijo: te la compro y le dije, órale, llévatela. Su precio varía mucho en el mercado. Desde los 5 mil pesos hasta los 30 mil pesos. Son armas que no son prácticas para un entrenamiento, para que tu realices una defensa, pero son muy bellas y potentes”.
En contraste, el arma que usa oficialmemte el Ejército Mexicano es mucho menos estética, pero casi tan poderosa como El Águila del Desierto. Se trata de un rifle G3, con calibre 7.62, un fusil grande y discreto.
La Dirección de Industria Militar de la Secretaría de la Defensa Nacional, desarrolló el FX-05, rifle que lleva el nombre de Xiuhcoatl, que significa serpiente de fuego en nahuátl. El diseño causó polémica porque una empresa alemana acusó al Ejército mexicano de haber copiado el G-36 Heckler & Koch. Sin embargo, el litigio acabó cuando los ingenieros militares mexicanos demostraron que había suficientes cosas distintas entre un arma y otra. Ese mismo rifle de nombre náhuatl ha llegado también a manos del narco, pero con menores calibres.
– ¿El arma del Ejército es más lenta que el AK-47, que es el arma “oficial” del narco?– pregunté a un capitán del Ejército que también me acompañó durante el recorrido por las instalaciones militares.
– No es el arma: es el tirador. Por eso al ejército le tienen miedo, porque sus miembros están bien entrenados. Cuando los infractores ven venir al ejército se van. Junto al G-3 decomisado al narco, había carabinas de aspecto rudimentario en comparación con el resto de las vitrinas: se trataba de escopetas usadas por los cuidadores de las siembras de mariguana y adormidera. La que sobresalía era una metralleta Interdinamic, de 9 milímetros, la cual tiene una cadencia cíclica de 900 tiros por minuto. En el Museo también había otras que usaba el Cártel del Golfo, como la Mac, que tienen una cadencia de 1400 tiros por minuto.
El arma que más abundaba en las vitrinas del Museo de la Narcocultura era el cuerno de chivo. Y lo había en sus tres orígenes: el original ruso, el israelita y el chino.
–¿Es mejor el G-3 del Ejército que el AK-47 del narco?– le pregunté al especialista en armas.
– El cuerno de chivo es un calibre un poquito más pequeño, pero yo siempre he sido de la opinión de que no es el calibre sino el tirador. Nunca podremos comparar dos armas, si esta es mejor o aquella, porque podremos hablar de que en el cuerno de chivo hay cargadores de tambor que pueden cargar de 80 a 100 balas, lo mismo en el G3, pero normalmente el ejército no trae ese tipo de equipamiento: usan cargador de 20 tiros, entonces por volumen de fuego, puede ser que sea mejor el cuerno de chivo pero por calibrees mejor el G3.
Más que el G-3 y el AK-47 , el arma más famosa del Museo es una Colt. 38 súper, serie 70, cuya descripción técnica indica que sus disparos tienen mucha penetración y fuerza de choque. Esta arma le fue confiscada a Joaquín “El Chapo” Guzmán al momento de ser detenido por primera vez en los años noventa en Guatemala. La pistola tiene marcadas en la cacha de oro, las siglas ACF, que corresponden al nombre de Amado Carrillo Fuentes, quien en esa época no era tan conocido como el Señor de los Cielos en el mundo narco. En los bajos mundos, existen dos versiones sobre el por qué el actual capo del Cártel de Sinaloa traía esa pistola. La primera es que el propio Carrillo Fuentes se la habría dado, como si fuera una especie de bastón de mando que se hereda al sucesor; la segunda es menos amable: el Chapo Guzmán se la arrebató a Carrillo Fuentes.
La Colt. 38 Súper ya pasó de moda.
En Michoacán, Servando Gómez, y en el noreste de México, Omar Treviño, líderes de Los Caballeros Templarios y Los Zetas, usan ahora El Águila del Desierto. ¿Por qué sucedió esto?
Nunca se sabe con las modas.
Pero más allá de cuál sea la pistola de moda, lo importante son otras cosas.
Como dijo Coco Channel: “Las modas pasan, el estilo permanece”.
Ese maldito estilo.
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(Diego Enrique Osorno / @diegoeosorno)