Tuétano suena precioso.
A veces hay que soltar el alma. O el cuerpo. O todo junto. Qué tal si olvidamos por un ratito que los maestros siguen jodiendo que el transito está enloquecido que llueve y hace frío que las reformas le pedalearán a unos la bicicleta más fuerte que a otros que la economía anda como no queriendo que la delincuencia de a pie está desatada que las calles de la ciudad parecen terracería de bajos montos que el recibo de la luz llegó como si estuviéramos iluminando a Saturno que los automovilistas enloquecen en el arrojo del vehículo que la selección es un mal chiste americanista que de todos modos nos importa el futbol que andamos ganosos de música y comida que nuestro sistema de salud sigue discriminando a diestra y siniestra que estamos hasta el gorro de (casi) todo. Qué tal si olvidamos esto por un rato, y nos dejamos ir.
El pretexto: Congreso Internacional de la Lengua Española 2013.
De ahí se desata todo. Una buena reflexión sobre el estado del español, la capacidad de la industria editorial por encabezar el cambio, una revisión de las articulaciones locales. Y luego el repaso lúdico: ¿cuál será la palabra más bonita del español? O dejémoslo en “la favorita”.
Hay de todo. Agua, dicen unos. Que porque es breve, abraza la vida. Gracias se vuelve de las más reconocidas (será que andamos con la culpa en vilo). Otros dicen colibrí, que es un pajarillo de provocación sonriente. Alex Grijelmo, español, señala apapachar: sólo ustedes pueden poner tanta a y sentirse arropados, me dice. Rosa Montero se sorprende con el mexicanísmo palomear, y hay quienes dicen que el amanecer es la suspensión de la amistad que recuerda a la mamá en la reconciliación eterna. Mucha palabra, y muy bonita. Por ahí me gritan un relámpago, relámpago. Y México sigue hablando desde el escuincle y su itacate. Argentina avienta un boludo y Xavier Velasco dice que nanai, que la palabra favorita es escándalo. Al fin nos reconocemos en ella, ¿o no? Yo sigo pensando en tuétano, pero me gusta lo efímero y degusto la guanábana. Gael García hace un par de años propuso Querétaro, y todos votaron por ella (o por él, que Gael tiene lo suyito). Yo digo que Querétaro está xingona, pero tampoco es una palabra para dar mortales de ida y vuelta. Digo. Entrada en gastos prefiero consuetudinario. Nomás por joder 🙂
Y para usted, lector y lectora queridos, ¿cuál es la palabra favorita o la más bonita del español? Juguemos a seguirnos enamorando de esa lengua, territorio común.
Chilanga banda.
Qué chido suena.
(GABRIELA WARKENTIN / @warkentin)