Comparto una oficina, intermitentemente, con tres ex-alumnos, hoy muy (MUY) queridos colaboradores. Somos pues, cuatro politólogos dedicados a masticar datos todo el santo día. Ellos rondan los 25 años de edad, y son, los tres, descendientes de inmigrantes. La última línea de bisabuelos que llegaron alrededor de los 1920s; o abuelos que llegaron entre los 1930s y los 1960s. Mexicanos cuyos orígenes apuntan a Líbano; Siria; partes de Polonia que hoy son Bielorrusia; Lituania; Estados Unidos; y España.
Poco en nuestro entorno inmediato es aleatorio o estadísticamente representativo. Para empezar, nos hemos auto-seleccionado para estar… en ese entorno. Cierto, pero las intuiciones y preguntas que ese entorno nos lanza no son por ello desechables. Esta ciudad se ha enriquecido históricamente de quienes habiendo nacido en otras naciones, la eligieron para construir en ella sus vidas y las vidas de sus descendientes. Me basta ver a mis colegas para entender lo mucho que hemos ganado.
Hay un renacimiento migratorio en México del que, por extrañas razones, poco hablamos. Entre 2000 y 2013 la población radicada en México nacida en otro país pasó de 493 mil a 1.1 millones (datos de la ONU). Un crecimiento de más del 124%. De hecho, 2013 es el segundo año desde 1921 en el que los nacidos fuera representan una proporción más alta de la población nacional, 0.93%; apenas superado por 1930 con 0.97%.
Una de cada 100 personas radicadas hoy en México nacieron en otro país; 77% de ellos, en Estados Unidos que se concentran en estados del norte; y 4% guatemaltecos radicados mayoritariamente en Chiapas. El resto de orígenes tiende a concentrarse aquí, en el DF. Según datos de INEGI, 49% del total de quienes inmigran legalmente, lo hacen al DF.
Haciendo estimaciones propias con base en la muestra censal de 2010; viven en el DF personas nacidas en 84 países (más México, evidentemente). Los de mayor crecimiento entre 2000 y 2010: Corea del Sur; China; Venezuela; Colombia; Estados Unidos; Argentina; Cuba; Brasil; Perú; y Chile.
Del total, 46% superaban los 40 años de edad; factiblemente llegados al DF en décadas previas. Queda un 54% menores a 40 años, y de ellos, 35% tenían menos de 18 años. La ciudad está de estreno.
Suman todos, según INEGI, poco más de 82 mil, de los cuales 42% se concentrarían en las delegaciones Miguel Hidalgo; Benito Juárez; y Cuauhtémoc. Habrá que decir, no obstante, que las cifras oficiales de México siempre se encuentran por debajo de lo reportado por Estados Unidos y la ONU.
Así, viven hoy en nuestro DF un número de personas nacidas en otro país similar al total que había en todo México en 1921; justo cuando arribaron los bisabuelos de mis colegas.
Alguien habrá, en el año 2106, que conozca a sus chilanguísimos bisnietos y sienta, como yo hoy, la pulsión por aquilatar lo mucho que nos enriquecieron.
