“Las lecciones de Werevertumorro”, por @lucianopascoe

Para Max, mi amado cuarto hijo (¡y último!)

*Con esta entrega inicia Ciudad en Llamas, espacio dedicado a dar y repartir opiniones sobre vida, crisis y agenda de nuestra ciudad –o nuestras ciudades-. Anecdotarios, criticas, sorna extrema, serán las características de este espacio que MásPorMás y mi querido Gustavo Guzmán permiten. A quienes les agradezco su audacia y disposición al riesgo.*

Hace unos meses fui enfrentado, con bastante crueldad (no estaba yo listo para tanta banalidad) al fenómeno de videos del personaje Werevertumorro. Me lo presentaron mis hijos, asiduos seguidores de este personaje. Descubrí que el susodicho, sin mayor idea o cultura, lograba verbalizar las instantáneas de la vida cotidiana con increíble cercanía a un sector grande de la juventud mexicana: crudo, burdo, elemental, simpaticón, algo machista, el Werevertumorro lograba con cada entrega más y más seguidores de sus relatorías de temas tan absurdos como la mente lo permite.

Estoy convencido que la creatividad es una de las características más valoradas en el mundo y cada día tenemos más herramientas para llegar lejos y que el planeta venga a nosotros. Hoy vale más buen contenido, que buena producción. Hoy películas independientes sí pueden cruzar el umbral comercial si tienen algo innovador o contagioso que decir. Hoy un video se puede volver viral sólo porque nos arranca una carcajada.

Los fenómenos de comunicación contemporáneos son normalmente breves, aunque no por eso menos exitosos. Los 15 minutos de fama que muchos soñaban tener frente a una cámara de televisión y, antes, frente a un micrófono de radio, son más frecuentes con la visibilidad que dan las redes sociales como Twitter, Facebook o YouTube.

El Werevertumorro es la historia de un videoblogger que se hizo famoso y acumuló vistas, seguidores en su cuenta de Twitter y suscriptores a su canal. Hoy lo perdió todo porque cometió un error: no se hizo dueño de sus ideas.

Cuando uno es joven la vida no alcanza, la vida es fácil de ser devorada. Y es habitual que el oscuro y fangoso mundo jurídico se vea como una monserga más. Hasta que no lo es.

La experiencia de Gabriel Montiel, el “Werevertumorro”, quien hace una semana publicó un video que ha acumulado 4.5 millones de visitas, enseña una lección valiosa para todos, no solo para las nuevas generaciones: tus ideas son tuyas, sí, pero tienes que cuidarlas y protegerlas.

Le ofrecieron firmar un contrato. Le pareció bien. Lo leyó con poca atención, lo firmó sin pensar. Hoy esta al borde de perder su nombre, su marca y sobre todo la esencia de su idea: contenidos libres, divertidos e insolentes. Y es que en este mundo de los videoblogs, que no nos quede duda: sí hay dinero. Mucho.

Junto con él, muchos han sido engañados con promoción y marcas que usaban su nombre para sacar dinero y él asegura que no vio un peso.

Hoy, Gabriel está en problemas legales, demandado por empresas a las que él no ha prestado servicios pero al estar su nombre vinculado a los fraudulentos y aparece como socio.

La lección ahí esta: una buena idea puede ser exitosa, una buena idea con registro legal, protección autoral siempre será mucho más exitosa. Registren sus ideas, no dejen que la monserga del registro los venza: si no lo hacen, alguien más lo hará.

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)LUCIANO PASCOE RIPPEY)